Publicado: 22-Jun-2005, 4:51
Nueva traducción. Lo primero: está realizada apresuradamente y el resultado final no es tan bueno como debería. Se entiende, no hay gazapos graves, y ya está. Además, el original en inglés tampoco es ninguna maravilla. De hecho, parece que falten unas frases –a ratos es muy brusco- y que sobren otras –a ratos...es lentísimo...y hay un montón de reiteraciones que, a la larga, cansan al lector-. En fin, curioso. Grant dijo que en la editorial le habían cambiado muchas partes que le habían estropeado un texto que tampoco era demasiado brillante. Se nota.
P.D. Phillix, me temo que, de momento, LS prefiere a Banedon...Oye, por cierto, ya sabes que "coger" aquí, en España, significa "agarrar". Una pregunta que, aunque no lo parezca, es importante para mí: ¿en Latinoamérica verbos como "recoger", "escoger", "acoger" tienen también el mismo significado? ¿Suenan raros? ¿Se utilizan habitualmente?
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Viveka salió de la habitación , llevando en las manos la jarra vacía. Reapareció poco después, sosteniéndola con más cuidado. "Al final, no he tenido problemas para conseguir agua limpia"-dijo. "Es divertido observar cómo los hombres entran rápidamente en razón cuando rodeas sus gargantas con tus manos. Ahora, ¿dónde estábamos? Ah, sí. Serás mi hermano pequeño hasta que lleguemos a Port Bax. Después de esto, podrás elegir la forma en la que desees morir. Ahora, si quieres disculparme, quiero quitarme el polvo que he acumulado durante el día."
Hizo un gesto con la mano, y Lobo Solitario, obediente, se dio la vuelta.
Dejó entonces que sus ojos se cerraran. Holmgard parecía estar muy lejos, y necesitaba encontrar a alguien en quien confiar totalmente.
Viveka era amistosa, estaba convencido de ello, pero no estaba tan seguro de que pudiera confiar completamente en ella -si alguien le ofreciera una bolsa de coronas de oro ahora mismo, se volvería contra él, le cazaría y se embolsaría los honorarios. Además, parecía estar jugando con él, y eso le ofendía.
Después de lo que pareció ser mucho tiempo (parece que la moza aprovechó para "aliviar" tensiones, vale, esto es un añadido mío), Viveka le dijo que podía darse de nuevo la vuelta. Pero, entonces, sus pensamientos cayeron en una cálida y placentera fashion (¿moda? ¿eh? Imagino que será "somnolencia" o algo así), y murmuró que preferiría quedarse en la cama un poco más. Advirtió entonces los débiles sonidos que producía ella al dejar la habitación -antes le dijo, firme, que debía bajar a la taberna, en quince minutos, para unirse con todos los demás-. Tras esto, dejándose llevar, sin esfuerzos, por su imaginación, se encontró nadando en un mar cristalino, entre peces de colores, entre las cálidas y limpias aguas que le bañaban.
Vio interrumpido sus sueños cuando alguien llamó a la puerta. Le costó unos minutos recordar dónde estaba, y, después, se levantó de la cama y anduvo a tientas, torpemente, entre la oscuridad hasta encontrar la puerta.
La abrió, y sus ojos se encogieron ante la luz del pasillo. Bajo el marco de la puerta se encontraba la encorvada figura del posadero. El delgado hombre agarraba una bandeja de madera, sobre la que reposaba un cuenco en el que podía verse un humeante cocido.
"Tu amigo te envía esto, señor"-dijo- "tras notar que tardas en bajar a cenar". ¡Aunque tu madre fuera el rey [sic] de todos los Giaks, seguiría utilizando tus tripas para cargar la catapulta! Discúlpeme, pero es la forma en al que mi esposa y yo expresamos nuestro cariño."
Lobo Solitario asintió silenciosamente y cogió la bandeja. No se había sentido hambriento antes, pero, una vez que advirtió el olor que provenía del tazón sintió que estaba ansioso por llevarse algo de comida al estómago. Dio las gracias cortésmente al posadero, y colocó la bandeja sobre una mesa. Arrastró una silla que había al lado de la cama de Viveka y se sentó sobre ella, preparado para comer. Su apetito iba creciendo conforme consumía el cocido. En pocos minutos, la comida desapareció.
Después, miró a su alrededor, como si esperara que el posadero volviera, repentinamente, con algo más. Sin embargo, esto, por supuesto, no sucedió. Se concentró, y trató de moldear sus pensamientos, tratando de conseguir que el hombre tuerto apareciera [nota: no me queda claro si quiere recordarlo o si trata de convencerle mentalmente para que suba de nuevo]. Sin embargo, lo único que consiguió fue que los bordes de su visión se tornaran de un color rojizo. De repente, estaba a bordo del Cetro Verde, en esa cubierta que se inclinaba y que se zarandeaba, llevándole de un lado a otro, y que le llevaba a realizar una torpe danza. No, había algo que no estaba bien -por supuesto él no estaba en el Cetro Verde...eso había sido hace unos días. Ahora estaba en el medio de una orquesta, rodeado por un centenar, o más, de músicos, que le miraban expectantes, y sabía que ellos esperaban que dirigiera una sinfonía, pero no podía recordar cuál era, ni siquiera si la había escuchado alguna vez. Sin embargo, no le importaba, así que se llevó sus brazos atrás y comenzó a gritar, forzando la voz. Entonces, comenzó a vomitar. Surgía, caliente, el líquido, de su pecho. De repente, se convirtió en un Zlanbeast. Sus grandes alas se batían despiadadamente contra el débil aire, doblegándolo a su voluntad.
Estaba de pie, sobre una alfombra raída, con ese terrible hedor subiendo por las ventanas de su nariz. Volvió a vomitar, formando un grumoso charco que se extendió entre sus manos y sus rodillas. Alguien le había obligado a tragarse carbones ardientes, y ahora su estómago y su abdomen ardían lentamente. Sintió el dolor de las brillantes brasas y se preguntó si esto le divertía o no. Finalmente, concluyó que no.
Veneno.
P.D. Phillix, me temo que, de momento, LS prefiere a Banedon...Oye, por cierto, ya sabes que "coger" aquí, en España, significa "agarrar". Una pregunta que, aunque no lo parezca, es importante para mí: ¿en Latinoamérica verbos como "recoger", "escoger", "acoger" tienen también el mismo significado? ¿Suenan raros? ¿Se utilizan habitualmente?
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Viveka salió de la habitación , llevando en las manos la jarra vacía. Reapareció poco después, sosteniéndola con más cuidado. "Al final, no he tenido problemas para conseguir agua limpia"-dijo. "Es divertido observar cómo los hombres entran rápidamente en razón cuando rodeas sus gargantas con tus manos. Ahora, ¿dónde estábamos? Ah, sí. Serás mi hermano pequeño hasta que lleguemos a Port Bax. Después de esto, podrás elegir la forma en la que desees morir. Ahora, si quieres disculparme, quiero quitarme el polvo que he acumulado durante el día."
Hizo un gesto con la mano, y Lobo Solitario, obediente, se dio la vuelta.
Dejó entonces que sus ojos se cerraran. Holmgard parecía estar muy lejos, y necesitaba encontrar a alguien en quien confiar totalmente.
Viveka era amistosa, estaba convencido de ello, pero no estaba tan seguro de que pudiera confiar completamente en ella -si alguien le ofreciera una bolsa de coronas de oro ahora mismo, se volvería contra él, le cazaría y se embolsaría los honorarios. Además, parecía estar jugando con él, y eso le ofendía.
Después de lo que pareció ser mucho tiempo (parece que la moza aprovechó para "aliviar" tensiones, vale, esto es un añadido mío), Viveka le dijo que podía darse de nuevo la vuelta. Pero, entonces, sus pensamientos cayeron en una cálida y placentera fashion (¿moda? ¿eh? Imagino que será "somnolencia" o algo así), y murmuró que preferiría quedarse en la cama un poco más. Advirtió entonces los débiles sonidos que producía ella al dejar la habitación -antes le dijo, firme, que debía bajar a la taberna, en quince minutos, para unirse con todos los demás-. Tras esto, dejándose llevar, sin esfuerzos, por su imaginación, se encontró nadando en un mar cristalino, entre peces de colores, entre las cálidas y limpias aguas que le bañaban.
Vio interrumpido sus sueños cuando alguien llamó a la puerta. Le costó unos minutos recordar dónde estaba, y, después, se levantó de la cama y anduvo a tientas, torpemente, entre la oscuridad hasta encontrar la puerta.
La abrió, y sus ojos se encogieron ante la luz del pasillo. Bajo el marco de la puerta se encontraba la encorvada figura del posadero. El delgado hombre agarraba una bandeja de madera, sobre la que reposaba un cuenco en el que podía verse un humeante cocido.
"Tu amigo te envía esto, señor"-dijo- "tras notar que tardas en bajar a cenar". ¡Aunque tu madre fuera el rey [sic] de todos los Giaks, seguiría utilizando tus tripas para cargar la catapulta! Discúlpeme, pero es la forma en al que mi esposa y yo expresamos nuestro cariño."
Lobo Solitario asintió silenciosamente y cogió la bandeja. No se había sentido hambriento antes, pero, una vez que advirtió el olor que provenía del tazón sintió que estaba ansioso por llevarse algo de comida al estómago. Dio las gracias cortésmente al posadero, y colocó la bandeja sobre una mesa. Arrastró una silla que había al lado de la cama de Viveka y se sentó sobre ella, preparado para comer. Su apetito iba creciendo conforme consumía el cocido. En pocos minutos, la comida desapareció.
Después, miró a su alrededor, como si esperara que el posadero volviera, repentinamente, con algo más. Sin embargo, esto, por supuesto, no sucedió. Se concentró, y trató de moldear sus pensamientos, tratando de conseguir que el hombre tuerto apareciera [nota: no me queda claro si quiere recordarlo o si trata de convencerle mentalmente para que suba de nuevo]. Sin embargo, lo único que consiguió fue que los bordes de su visión se tornaran de un color rojizo. De repente, estaba a bordo del Cetro Verde, en esa cubierta que se inclinaba y que se zarandeaba, llevándole de un lado a otro, y que le llevaba a realizar una torpe danza. No, había algo que no estaba bien -por supuesto él no estaba en el Cetro Verde...eso había sido hace unos días. Ahora estaba en el medio de una orquesta, rodeado por un centenar, o más, de músicos, que le miraban expectantes, y sabía que ellos esperaban que dirigiera una sinfonía, pero no podía recordar cuál era, ni siquiera si la había escuchado alguna vez. Sin embargo, no le importaba, así que se llevó sus brazos atrás y comenzó a gritar, forzando la voz. Entonces, comenzó a vomitar. Surgía, caliente, el líquido, de su pecho. De repente, se convirtió en un Zlanbeast. Sus grandes alas se batían despiadadamente contra el débil aire, doblegándolo a su voluntad.
Estaba de pie, sobre una alfombra raída, con ese terrible hedor subiendo por las ventanas de su nariz. Volvió a vomitar, formando un grumoso charco que se extendió entre sus manos y sus rodillas. Alguien le había obligado a tragarse carbones ardientes, y ahora su estómago y su abdomen ardían lentamente. Sintió el dolor de las brillantes brasas y se preguntó si esto le divertía o no. Finalmente, concluyó que no.
Veneno.