El filo de tu espada negro relampaguea a la débil luz de la lámpara y la maza claveteada del Hombre Chacal surca el aire con un silbido, consigues forzar a retroceder a tu enemigo a la cámara de los espejos, donde hay más espacio para maniobrar. Vuestro reflejo en los espejos resulta una distracción molesta.
El combate es rápido. Intercambiás fintas y golpes que cortan el aire, no hay entrechocar de armas, pues a ambos os resultaría difícil parar el arma del otro, si no que intentáis esquivar los golpes. Intentas fintas y asestar puñaladas con la daga, pero no tienes soltura en combatir con la mano izquierda, y tus puñaladas son torpes y apenas logran arañar la armadura de escamas de bronce de tu adversario.
En un momento fallas tu mandoble y quedas con la baja guardia, el Hombre Chacal aferra su maza con las dos manos y asesta un terrible golpe lateral que sólo esquivas arrojándote al suelo. Llevado por la inercia el monstruo golpea uno de los espejos en las paredes que se hace añicos con estruendo y hace saltar fragmentos por toda la habitación. Por suerte el yelmo y la cota de malla te protegen de las afiladas esquirlas. Mientras tu adversario confuso, sangrando por varios cortes y con los brazos entumecidos por el golpe, se recupera, tienes tiempo de incorporarte, y atacar, pero resbalas con un trozo de cristal que se mueve al pisarlo y tu golpe es flojo, el filo de tu espada rebota en las duras escamas de su coraza.
Continúais dando vueltas el uno al otro, haciendo un ruido crujiente al pisar los cristales. Debido a la penumbra y la fatiga calculas mal, tu siguiente tajo falla, y dejas la guardia abierta para que te aseste un golpe de revés, que detienes con la espada por acto reflejo, pero ¡el impacto es tan brutal que tu espada vuela de tu mano y el puñetazo que te asesta en el hombro te hace tambalear, ¡e hincas la rodilla!
El Hombre-Chacal alza la maza con las dos manos para asestar el golpe fatal, pero impulsado por la desesperación en vez de intentar apartarte y alcanzar la espada caída, te cambias la daga de mano y te incorporas con toda la fuerza de tus piernas, como un resorte, tu mano derecha describe un arco horizontal...
¡y clavas el puñal que te dio el sacerdote egipcio en la axila desprotegida y expuesta de tu adversario!
La hoja se clava hasta la empuñadura, y llega hasta el corazón. El Hombre Chacal sólo puede dar un respingo ahogado abriendo sus fauces en un gemido de dolor revelando sus colmillos, la maza cae de sus dedos, baja los brazos y cae de espaldas con un ruido sordo apenas un instante después.
Jadeando por el esfuerzo y estremeciéndote de alivio, extraes la daga de bronce que te dio el sacerdote Sephre-ti, y la sopesas en la palma de la mano. Es una simple herramienta, un arma de soldado, sin adornos. Pero te parece como si una fuerza misteriosa haya guiado tu mano... quizás los dioses del Antiguo Egipto te hayan ayudado en esta lucha por ser su campeón en la lucha contra el faraón hereje Akenatón.
COMENTARIO:
¡¡INCREÍBLE!! ¡¡SIMPLEMENTE INCREÍBLE!! O_O
El combate pues ha empezado lo previsible para estos casos. El Maestre Juan da primero pero sólo por su elevada destreza, porque entre la estatura y lo largo de la maza estaban igualados, Juan tiene un 80% de ataque con la espada, pero entre la penalización de la penumbra y de la fatiga ha tenido varias tiradas fallidas.
Usar la daga tampoco servía de mucho, normalmente tiene un respetable 50% de ataque empuñándola con la mano derecha, pero con la izquierda el porcentaje baja a la mitad, porque nunca ha entrenado el estilo de combate con una daga en la mano izquierda.
En el cuarto o quinto asalto el Chacal la ha pifiado (resultado entre 16-20: pierde el siguiente ataque, esquiva y detención) se le ha ido la maza y le ha acertado al espejo con tanta fuerza que ha sido como si estallara.
El Chacal estaba indefenso pero por desgracia Juan ha desaprovechado su oportunidad, ha acertado, pero el golpe ha sido tan flojo ( ha sacado dos unos con lo que sólo hace 2 puntos de 13 máximo), que lo he interpretado como que ha resbalado. La armadura de escamas de bronce protege unos 6 puntos. Si fuera de hierro serían 8.
En el siguiente asalto Juan ha fallado tanto su ataque, como la esquiva, y no le ha quedado otra que parar con la espada. El monstruo ha conseguido un especial y ha desarmado a Juan, seguido de un ataque de lucha que ha tenido éxito a medias.
El monstruo se ha confiado porque ya está ganada la pelea y ha alzado la maza con las dos manos para apuntar un golpe mortal y acabar de una vez, lo que le ha retrasado unos instantes, y a Juan sólo le quedaba una opción, o tratar de esquivar o golpear con la daga, por puro reflejo y porque esquivar estaba complicado decidí atacar, lo máximo que esperaba era abrazarse a sus piernas y apuñalarle en la pierna desprotegida para hacerle caer y luego se vería.
Pero ha salido el golpe crítico, que es la décima parte de las probabilidades de acertar normales, o sea que era un menos de un 5% de probabilidades, y un "01" encima, del grito de júbilo he pegado mi hija se ha asustado.
He tenido que sacar una foto con el móvil de la tirada sobre la mesa porque no os lo vais a creer, el dado azul es de las decenas (el azul es mi color favorito) , ah y también se ven los "dados amarillos" de otra partida que jugamos con Dark-Kia de narrador
¡¡Pero es que además parece brujería, como si los dados cobraran vida para darle más dramatismo en las partidas!!. Con habilidades de ataque altas hay bastantes posibilidades de lograr golpes especiales, y a veces salen resultados afortunados espectaculares, pero esto ha sido apoteósico. Cuando juego para mí solo rara vez me salen las tiradas tan bien. Como el crítico ignora la armadura del blanco y hace máximo daño, y el doble en caso de tratarse de un arma penetrante que empala, como una daga, ni he tirado dados de localización ni daño, simplemente he descrito la escena como sería más lógico que sucediera, dada la postura de los adversarios. Si veis las ilustraciones de guerreros egipcios con armaduras de escamas que colgué en el hilo efectivamente podéis comprobar que el sobaco es un punto débil cuando se alzan los brazos.
Luego busqué una foto de una daga egipcia, en su día dije que el puñal de los comandos británicos estaba inspirado en un diseño egipcio, la hoja puede ser pero no encontraba ninguna que se le pareciera en la empuñadura. Podía haber puesto una reproducción moderna que las hay muy bonitas, o una foto de la daga enjoyada de hierro meteórico del faraón Tutankhamón, pero al final me decidí por este arma sencilla y sin adornos, como el arma más típica que el sacerdote habría arrebatado a uno de los guardias.
Es el Destino. Hasta dónde yo sé, el cuchillo no juega ningún papel en la aventura más que ser una herramienta útil para comer y cortar cuerda, y de arma de repuesto por si se te rompe la espada.