Las minas del rey Salomón

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

576 El bufón echa a correr, pero con tus largas zancadas al poco le alcanzas y cierras el camino al bufón. Con un gesto maligno el negro se lleva la mano a la cintura y saca una daga que disimulaba entre las ropas. Consciente de que su vida depende del resultado del combate, el repugnante bufón será un adversario pérfido.

Si aniquilas a este pérfido enemigo, vete al 400.

Narración:

No hay enemigo pequeño, porque tiene un cuchillo posiblemente envenenado, y tú estás desarmado y vestido sólo con una túnica. Dejas que el bufón arremeta y le agarras el brazo y se lo retuerces hasta que suelta la daga. Te repugna matar a un hombre desarmado, así que le sujetas y decides que el jefe de la tribu decida su castigo. Le llevas a rastras a donde el hechicero, pero en la oscuridad tropiezas con una raíz y tienes que soltarle, y el bufón aprovecha para huir,

Una maligna sonrisa asoma al rostro de Facelina, que se cree fuera de peligro. Pero no ha hecho más que dar unos pasos cuando el chamán, todavía en el suelo, dirige su índice vengador hacia él y pronuncia unas palabras cuyo significado no comprendes. Se trata, sin duda, de un poderoso encantamiento mágico, pues al instante ya no es un pequeño bufón quien huye, sino un peludo chimpancé. ¡El chamán ha ejercido una inesperada justicia!
Vete al 400.


400 Ayudas a Apolongo a levantarse. Se inclina ante ti: «¡Me has salvado la vida, extranjero! De ahora en adelante te pertenece. ¡Si puedo ayudarte, pídemelo y al instante serás servido!» Tranquilizas a Apolongo y le devuelves su vida, que nada te interesa. Pero no dejas de pensar. ¿Qué podrías preguntar al chamán de una tribu africana que pudiera serte de utilidad? Mientras piensas en ella el rostro de Apolongo se ilumina. «Ya sé cómo puedo ayudarte», dice. «Acompáñame a mi choza, viajero.»
¿Aceptarás su proposición (vete al 189) o decidirás no correr más riesgos otorgando una excesiva confianza a personas desconocidas? En tal caso, vete al 247.

Narrador: Doy por sentado que aceptáis la oferta del brujo

Antonio : Claro hombre, el agradecimiento es una virtud poderosa en las sociedades "primitivas"
Buena respuesta
Antonio Kozak: Es en las "avanzadas" que ser un sociópata sin principios no conlleva consecuencias
:smt003


En cuanto a la respuesta de Miguel, mal redactada,


Miguel: Sí, recompensa o espada o él mismo

Dio pie a hacer una broma sórdida e indecente, me pareció entender que sugería que el chamán podía ofrecer su propio cuerpo como recompensa por salvarle la vida, a lo que respondí que no sabía si sería mucho pedir y si la sodomía no estará mal vista en esta tribu primitiva... que el pecado nefando es cosa de los pueblos civilizados.. :smt043

En fin, vale ya de coñas y volvamos a la narración.
El Analandés
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189 Apolongo te acompaña hasta su choza. Ves en ella muchas de las cosas que los pigmeos consideran mágicas: estatuillas de madera esculpida, ramas y cortezas de árboles diversos, piel o escamas de algunos animales. Hasta este momento no habías visto nunca tal cantidad de fetiches y amuletos. El chamán habla con un tono persuasivo que casi te hace olvidar que todo es superstición.

Después enciende un pequeño brasero artesanal y lanza en él un polvo vegetal que no tarda en esparcir un humo de olor ácido y penetrante.
«Siéntate, viajero», empieza a decir. «He podido leer algunos de tus pensamientos. No puedo decirte dónde está lo que buscas, pero mis poderes me permiten hacértelo más fácil. Cuando te halles ante una puerta sólida cuya apertura obedece a dos ruedas de distinto tamaño, gira la pequeña una vez hacia la izquierda y la grande hacia la derecha. Entonces, la puerta se
abrirá...»
Escuchas atentamente las indicaciones del chamán. Los poderes de este hombre parecen reales. Le das las gracias calurosamente y le dejas para entregarte a un merecido descanso en tu choza. Vete al 247.


247 El resto de la noche transcurre con tranquilidad. Duermes con el sueño de los justos cuando M'Satchmo acude a despertarte para emprender el viaje. Acompañado por el jefe en persona y por una decena de guerreros Matabelos penetras en la jungla. A continuación M'Satchmo se despide de ti y vuelve atrás con parte de sus hombres, dejándote en compañía de dos experimentados guías para llevarte hasta Salomón. Tu camino sigue sin incidentes. Vete al 77.


77 Tu modesta expedición llega al campamento de Salomón cuando el día termina. Los exploradores que te acompañan llevan un mensaje de M'Satchmo y en seguida te das cuenta de que debe gozar de una posición privilegiada, ya que los guardias del campamento os dejan pasar sin más formalidades. Mientras cabalgas por el inmenso campamento, poblado por centenares de guerreros, un mensajero corre a llevar la noticia de tu llegada a Salomón. Y en el momento en que llegas a la mejor tienda del campamento el rey te espera ya. Junto a la tienda del rey hay un estrado con un gran sillón tallado situado en el centro. Ahí es sin duda donde Salomón celebra sus juicios durante el día. Al cabo de un instante eres invitado a entrar en la tienda.
La perspectiva de ser recibido por un hombre a quien la Biblia ha convertido en una leyenda te asusta un poco. Esperabas encontrarte con un hombre mayor, pero Salomón aún es joven. Su mirada profunda inspira un confiado respeto. Te sientas en una silla de madera y el rey empieza a hablar. «Ilustre viajero», dice el rey, «los mensajeros de mi amigo M'Satchmo me han contado tus hazañas. ¡Pero yo sabía ya de tu llegada antes de que ellos me hablaran de ti!» Al ver tu expresión de asombro, Salomón continúa: «Puede que esto te parezca extraño, pero, a menudo, sueños premonitorios agitan mis noches. En sueños he visto acontecimientos y lugares de otros tiempos, y tu rostro aparecía siempre en ellos. Gracias al sueño te esperaba.» El rey hace una pausa y sigueie hablando: «Aquí tengo una poción regeneradora hecha con hierbas africanas. Es mi primer presente.» «Puedo ayudarte si realizas una misión para mí», añade Salomón.

Imagen

«Has de saber que poseo la más rica mina de diamantes de la tierra», te comunica Salomón. «Pero hace un tiempo una fuerza maléfica y misteriosa se ha introducido en ella y roba las gemas. "Los mineros la llaman "¡Muerte Blanca"! Mata a los hombres y no les deja trabajar. Sería imposible enviar un ejército a moverse por las galerías de la mina, pero un hombre solo y decidido, si es hábil, podría librarme de su azote. ¡Sé tú el instrumento de mi justicia!», exclama Salomón exaltado. «Te recompensaré generosamente y haré todo lo posible para ayudarte en tu búsqueda.» ¡No lo manifiestas, pero la propuesta de Salomón te ha interesado extraordinariamente!

El caballero de la montaña te ha asegurado que Nikanor, el anciano consejero del rey a quien buscas, se encontraba prisionero en las entrañas de la mina. Sin dudarlo, aceptas la misión que te encomienda el rey. «¡Nunca dudé de tu respuesta!», afirma el monarca agradecido. «Aquí tienes un salvoconducto que te facilitará la entrada en la mina y la ayuda de mis guardianes, si fuera necesario. Toma también este medallón sagrado. Probablemente tendrás que recurrir a él...» . Metes el pergamino en el saco y colocas el medallón alrededor del cuello. Anótalos en tu Hoja. A continuación Salomón coloca sus manos sobre tus hombros: «¡Suerte, amigo!», dice. ¡Abandonas su tienda y sales para cumplir tu misión confiando en encontrar, al mismo tiempo, a Nikanor! Vete al 209.
El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

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209 La jornada transcurre agradablemente. Paseas por el campamento charlando de vez en cuando con los soldados del rey, contemplando las más hermosas monturas, saboreando platos especiados. Al fin te tumbas en una cama que han dispuesto pa ti y te quedas profundamente dormido. Te despiertas al amanecer, cuando la suave luz del alba roza tus párpados, y un instante más tarde estás ya en pie, listo para la acción.

Subes a la silla y partes hacia las minas d rey Salomón escoltado por algunos de los guerreros del rey. ¡Quizá sea ésta la expedición más peligrosa de tu vida! Unas horas más tarde llegas hasta la mina a cielo abierto, un enorme agujero de un centenar de metros de profundidad, dominado por una elevada cornisa rocosa de laderas áridas y escarpadas. Es evidente que el trabajo se realiza a ritmo lento: muy pocos mineros se afanan allá abajo. Rodeas la fosa y llegas junto a tres imponentes estatuas. Representan a los tres arcángeles de las Escrituras: Gabriel, Miguel y Rafael. El jefe de la guardia que te acompaña se acerca y dice: «Detrás de estas estatuas se abren tres cavernas. Son las entradas a la mina. Pero no sabemos cuál de ellas te llevará a donde quieres ir. Tú mismo debes descubrirlo.» ¡Así es: los soldados no van a acompañarte en el descenso! «Te esperaremos aquí durante cinco días», dice el jefe «Cuando el sol se haya puesto cinco veces iremos a comunicar tu fracaso a Salomón.» Respiras profundamente y te alejas de los guardias, el sol está a tu espalda. Las tres galerías se hunden en dirección norte. ¿Has registrado un esqueleto? Si es así, vete al 272. De lo contrario, vete al 403.


272 Pasas por delante de las estatuas y caminas hasta la entrada a las cavernas. El burdo mapa que encontraste junto a la víctima del gorila muy bien podría representar este lugar. La abertura de la derecha estaba marcada con una cruz. ¿Significa eso que esta entrada es más fácil? Nada te permite asegurarlo. Sólo lo sabrás si te aventuras por ella. ¿Quieres seguir las indicaciones del mapa y entrar en la caverna de la izquierda? Vete al 24. De lo contrario, ¿tomarás la entrada del centro (vete al 386) o la de la derecha (vete al 509)?



:smt017
Última edición por El Analandés el 17-May-2020, 23:41, editado 1 vez en total.
El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Nota: En este libro hay una errata, en la sección donde encuentras en el mapa está marcada la entrada de la izquierda pero en esta se dice que es la derecha, por lo que no hay manera de saber cuál es la correcta. En mi notas a lápiz en el libro de hace ventitantos años se corrige este error y s eindica que debería ser la izquierda en las dos secciones... pero sigo sin saber si es la entrada buena, o al contrario la que hay que evitar.

Personalmente creo que da igual por donde vayas todos los caminos son peligrosos, le he preguntado a los concursantes y Antonio dice que seguiría la indicación del mapa, a lo que he objetado que no sabes si está bien o si incluso te está avisando de que NO entres por ese lado, pero Antonio ha dado con una pista.

Antonio: seguiría la indicación del mapa (la izquierda), además que el Arcángel Gabriel es el menos chungo, sólo toca la trompeta, Miguel es el de la espada de fuego y la muerte y Rafael otro chungo

Bien pensado. Hay que pensar que los israelitas son los únicos monoteístas en esta Era Antigua de paganismo politeísta. Por ello estas estatuas de los ángeles son la clave. Son desconocidas a los gentiles, mientras que cualquier judío las reconocerá, sabrá qué significan, y entenderá que una de ellas es la que indica el camino correcto. ¿Cuál de los arcángeles escoger?

Pero además, los arcángeles hay que seguir la tradición bíblica del Antiguo Testamento, no la cristiana, lo que cambia las posibles opciones. Antes de la internet había que conocer la Biblia, o al menos el santoral. Damos por sentado que el Preste Juan conoce las Escrituras y las sutilezas teológicas, resumiendo.

El de la izquierda es Gabriel: el mensajero de Dios.

El del centro es Miguel: el jefe de la hueste celestial

Y el de la derecha es Rafael: el protector de los viajeros.


Pero además hay otra cosa a tener en cuenta, en esta época, la Biblia todavía no se ha escrito en su totalidad. Todo lo que sea posterior al libro de los Reyes que se está escribiendo en este momento, pertenece al futuro. Las menciones a Gabriel y Rafael en el Antiguo Testamento son de los libros de Profetas, cuando el exilio en Babilonia y posteriores al tiempo del Rey Salomón. Es decir, para un israelita de esta época, son estatuas de ángeles pero no tienen ninguna significación especial... o quizás sí, porque una cosa es la Biblia, que no menciona a ninguno de los arcángeles en libros que aún no se han escrito.. y otra cosa la tradición, por lo que parece que esos tres ángeles eran conocidos mucho antes de que se escribiera el texto bíblico.

Investigando un poco, en mi opinión personal, el arcángel Miguel es la elección más lógica


https://es.wikipedia.org/wiki/Arcángel_Miguel

Según la tradición rabínica judía, a Miguel a veces se le llama "Príncipe de las naciones", y es quien actúa como "abogado de Israel" frente a su acusador Samael o Satanás (llamado Lucifer o Luzbel), papel de defensor de los hebreos, desde los tiempos de los patriarcas bíblicos. Por tal razón, según el Rabí Eliezer ben Jacob, fue Miguel quien rescató a Abraham del horno donde había sido arrojado por Nimrod (Midrash Génesis Rabbah XLIV. 16). También fue uno de los tres hombres que visitaron a Abraham para anunciarle el nacimiento de Isaac, y que anunciaron a Lot la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Algunos Midrash describen a Miguel como el maestro de Moisés durante el Éxodo, además de ser quien protege a los israelitas frente al ejército del Faraón antes de cruzar el mar Rojo. En el Midrash Exodus Rabbah cuenta que Miguel ejerce su función de abogado de los hebreos, cuando Satán (su adversario) acusa a los israelitas de idolatría y declara que constantemente murmuraban deseando haber muerto junto con los egipcios en el mar (Ex. R. XVIII. 5). Pero según el midrash Abkir, dice que cuando Uzza, el ángel tutelar de Egipto, convoca a Miguel a pelear ante Dios, Miguel calla, pues sería Dios mismo quien defendería a su pueblo



Para mí, para un guerrero de Israel, la elección es la del centro, Miguel. Para Antonio, como eres un peregrino, un viajero, deberías escoger Rafael. Si la pista del mapa es la correcta, ninguna de esas, si no Gabriel, la entrada de la izquierda.



Como ninguna de las opciones parece concluyente, y sospecho que el autor no hiló tan fino como para darse cuenta de que los arcángeles no aparecían todavía en la Biblia porque no se había escrito aún, creo que no hay ninguna lógica y todo depende de si encuentras el mapa o no.

Pero vamos, que escojáis la que más os guste o parezca más lógica, Miguel o Rafael me parecen ambas buenas elecciones, uno es un guerrero y el otro un viajero y son cosas que creo que el autor pensaría que un lector medianamente instruido sabría. Gabriel es la única que no tiene sentido, por más que la X indique el lugar. De hecho, cuanto más vueltas le doy, hago caso omiso de la errata, y creo la X indica el camino que NO debes tomar. En el pergamino está marcada la entrada de la izquierda y a la izquierda está Gabriel, que es el único arcángel que no tiene ninguna alusión directa a nuestra misión.

Sospecho que todos los caminos son peligrosos y que de todas formas todos los túneles tienen que desembocar en el mismo sitio. Yo descartaría el camino de la izquierda.

Así que voy a poner la votación. en caso de empate, lo echo a suertes

Narrador: Arcángel Miguel, el guerrero, entrada del centro

Antonio: Arcángel Rafael, el protector de los viajeros, entrada de la derecha

Daniel: escoge a Gabriel, no sé si porque se fía del mapa o porque ese ángel sale en el libro de Daniel :smt016

Miguel: escoge a Rafael
El Analandés
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Mensaje por El Analandés »

Ha ganado Rafael, pero hay la oportunidad de volver atrás si no os convence.. :smt012

509 Decides aventurarte por la galería de la derecha. Es evidente que nadie ha utilizado este paso desde hace años. Monstruosas telarañas cubren a veces toda la anchura de la galería excavada con esfuerzo en la roca. Un poco más adelante la galería desemboca en una caverna más pequeña que la anterior. Esta sala debió de ser en tiempos un almacén de los mineros. Herramientas corroídas por la herrumbre aparecen tiradas por el suelo sucio junto a residuos de comidas de hace muchos meses. Las vigas que sustentaban las paredes y el techo no han resistido al paso del tiempo y de la humedad. Parece que sólo hay tres posibles caminos practicables para atravesar la sala. ¿Cuál tomarás?

¿El camino que avanza pegado a la pared derecha? Vete al 174.
¿El camino que avanza pegado a la pared izquierda? Vete al 304.
¿Escalarás los escombros que se amontonan en el centro de la sala? Vete al 231.
¿O volverás por dónde has venido para tomar otro camino? Vete al 277.



Antonio: Veamos, estrecha es la vía que lleva al Paraíso... sigamos adelante, pegado a la derecha

Miguel también sigue adelante, no ha dicho por dónde así que a la derecha..
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Habéis las señales de que por aquí hace mucho que no pasa nadie, y que amenaza derrumbe, creo que habéis hecho una tontería... pero bueno, a ver si hay suerte. Eso sí, me parece de sentido común ponerse el casco y embrazar el escudo por si caen piedras.
Veamos...



174 Caminas de puntillas, pegado a la pared de la derecha de la pequeña sala. Avanzas paso a paso cuando, de repente, un falso movimiento te hace caer sobre una viga carcomida. Caes encima de los escombros. La onda de choque se propaga por toda la sala, provocando nuevos hundimientos. ¡Afortudnadamente logras aplastarte contra la pared y evitar el casi seguro sepultamiento! Cuando han dejado ya de caer cascotes y ha desaparecido el polvo de las piedras, sigues tu ascensión, aumentando la prudencia; es necesario que llegues al otro lado. Vete al 9.


(perderías un par de puntos de vida por el golpe de los cascotes, pero manos mal que fui previsor :smt016 )

9 Los desprendimientos bloquean el paso y es imposible retroceder. No te queda más remedio que seguir tu camino. No tardas en llegar a una segunda sala, que parece más segura que la anterior. Te das cuenta de la existencia de otras galerías que desembocan en esta sala. Pero antes de que hayas tenido tiempo de orientarte, frenéticos aleteos retumban por encima de tu cabeza. Desde el fondo del túnel tres sombras oscuras se abalanzan contra ti. Un estremecimiento helado recorre tu cuerpo. ¡Son tres Murciélagos-Vampiros, los terribles chupadores de sangre del África Negra! ¡No tienes más remedio que matarlos o serás tú quien muera!

Si sales vencedor de este enfrentamiento, vete al 401.

- La cota de malla no nos protege los brazos, por lo que nos pueden pegar un buen mordisco :smt009 a ver si los rechazas sin ser herido.

Tienes las pociones curativas que nos ha dado el rey Salomón, por lo que en el peor de los casos puedes curarte las heridas
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Por fortuna todavía llevabas puesto el yelmo lo que evita que te destrocen la cara con sus garras y hagan presa. Blandes la antorcha de un lado a otro para espantarlos y desenvainas la espada, dando tajos al aire. Uno de ellos te ataca por la espalda pero no consigue agarrarse porque llevas el escudo, colgado a la espalda.

Cuando consigues acertar a uno y cortarle el ala de un tajo, los otros dos deciden que eres una presa demasiado peligrosa y se desvanecen en la oscuridad. Los chillidos del murciélago herido que se debate en el suelo te resultan molestas y lo rematas de una estocada.


401 Te alegras de haber escapado a los afilados dientes de tan temible amenaza y examinas la sala en la que se ha desarrollado la lucha. Las galerías que se hunden en la tierra, al Oeste y al Sur, parecen anchas, mientras que la que se dirige al Norte parece más estrecha, sin duda a causa de numerosos derrumbamientos. Sin embargo, también parece transitable. ¿En qué dirección irás? Si vienes del Sur, ¿irás hacia el Norte (vete al 13) o al Oeste (vete al 386)?
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Antonio dice que para el norte, Daniel el Oeste. Desempate aplicando el sentido común que faltó antes. Este túnel está abandonado, y además el túnel al norte se estrecha, lo que quiere decir que nunca fue importante y que conduce a una veta agotada, por lo que lo más probable es que no lleve a ninguna parte. Yendo al oeste vamos por una galería de comunicación que probablemente comunique con los otros túneles paralelos de las entradas.

386 Caminas durante unos momentos por la galería, antes de desembocar en una sala. A juzgar por los restos que cubren el suelo debía tratarse de un lugar destinado a almacenar el material de la mina. Ahora está abandonado, como demuestran las estanterías rotas, la espesa capa de salitre que recubre las paredes e incluso un esqueleto humano tirado en un rincón oscuro. ¿Qué harás ahora?
Si vienes del Este, ¿irás al Sur (vete al 180) o al Oeste (vete al 519)? ¿O quizá prefieres registrar el esqueleto (vete al 243)?

Al sur creo yo que volverás a la entrada , al oeste entonces, en alguna parte tiene que estar el túnel principal que conduce a las profundidades.

Lo del esqueleto es curioso, ¿por qué abandonaron al pobre desgraciado para que se pudriera? ¿sería un minero víctima de los ataques de la Muerte Blanca


Daniel decide investigar con cuidado....

Narración:

Tu experiencia te enseña que este hombre murió de muerte violenta, y eso te hace recelar, te acercas con precaución , una armadura de escamas de cuero endurecido y harapos deshilachados cubren los restos mortuorios. Sólo ves a su alrededor una honda y un saco de tela embreada que contiene bolas de plomo. Se ve que era un soldado. No hay nada más que pueda interesarte.

El estar alerta ante posibles escorpiones o serpientes te salva la vida, adviertes dos largos gusanos anulosos, de color blanquecino, que intentan subir por tus botas. Estos parásitos carroñeros han salido sin duda de entre los pliegues de las vestiduras del esqueleto. Por reflejo les aplicas la antorcha para quitártelos de encima antes de que lleguen a la piel desnuda, te quemas un borde de la túnica, pero tus rápidos reflejos te han salvado, de lo contrario ya estarías muerto. Estos carroñeros, semejantes a las sanguijuelas se abren paso por la carne.


Bien jugado Daniel, has evitado una muerte automática o una dolorosa quemadura para quitarte los gusanos.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

519 ¡Pronto llegas frente a una pared rocosa! En efecto, la galería por la que avanzas desemboca en una galería perpendicular.
¿Irás al Norte (vete al 79) o al Sur (vete al 366)?


Al sur volvemos a la entrada, donde el Arcángel Gabriel, por lo que hay que ir al norte....

79 A juzgar por los numerosos sacos de tela de yute que cubren el suelo no debes estar lejos de una entrada muy frecuentada de la mina. La galería ofrece señales de una presencia reciente, entre otras numerosas huellas de pisadas. Pero perece que has penetrado en un verdadero laberinto de túneles, ya que una nueva galería se abre al Este. ¿Vas a seguirla (vete al 355) o prefieres continuar en dirección Norte (vete al 287)?

Ir al este significa dar vueltas en círculo, y al final el único camino posible es ir al norte, así que no pierdo más el tiempo, y para allá. Al final daba igual qué entrada cogieras, pero la menos peligrosa era la de la entrada marcada en el plano, la del ángel Gabriel, en fin...


287 Sigues avanzando durante un corto rato. Mientras caminas examinas la galería, surcada por los rastros plateados de grandes babosas subterráneas. Sobre el polvo pueden distinguirse huellas de sandalias y pies desnudos. A tu paso los animalillos acostumbrados a la oscuridad huyen a toda prisa, atemorizados por el resplandor de la antorcha. No sabes si se trata de ratones o de tarsios diminutos que por allí se han perdido, pero, después de todo, no te importa ignorarlo. ¡Nada te disgustaría más que poseer un listado exacto de los habitantes de estas regiones!

He tenido que mirar qué bicho es un "tarsio"...

https://es.wikipedia.org/wiki/Tarsius



(por desgracia ya se acabó la aventura pseudohistórica y volvemos a la vulgar fantasía medieval :smt009 , como en el primer libro. ya advertía que este libro es un dungeon cualquiera, pero es el libro puente para llegar al último que a lo que recuerdo es tan bueno como el del antiguo Egipto. Qué se le va a hacer ... esperemos que no nos salgan orcos.

Pero pensándolo mejor, como esta es mi aventura y la sodomizo como quiero, cada vez que aparezca una criatura fantástica que me parezca que no pega, cambio el texto ligeramente para mantener la ambientación




Bajo tus pies el suelo se hace cada vez más liso y las telas de araña y otras inmundicias han desaparecido casi del todo. A cambio, la galería parece prolongarse de una forma indefinida. La luz de la antorcha empieza a parpadear vas a tener que encender otra. ¡Empiezas a pensar si no sería preferible dar media vuelta, cuando percibes, al fin, una presencia!
Unos cincuenta metros más adelante la galería se hace mucho más ancha. Una linterna sorda ilumina un rostro apergaminado: se trata de un viejo hombrecillo judío sentado sobre un caldero de cobre. ¿Vas a acercarte lentamente y darte a conocer (vete al 118) o prefieres atacarlo, aprovechando la ventaja de encontrarlo desprevenido (vete al 89)?


Doy por sentado que no sois unos psicópatas impulsivos sedientos de sangre como el típico adolescente lector de librojuegos y le preguntáis civilizadamente.
:smt003

118 Avanzas sin prisa, tratando ver mejor al judío. Se halla de pie junto a la boca de un pozo que parece descender verticalmente hasta las profundidades de a mina. Un sistema de cuerdas y poleas pone enfuncionamiento una especie de jaula destinada a subir y bajar a los mineros. Se trata de un mecanismo sencillo, aunque ingenioso. Te das cuenta de que el hombre debe ser el encargado del funcionamiento del ascensor para el transporte de mineros y mineral. Cuando estás a unos pocos pasos de él, el viejo levanta los ojos y te lanza una mirada maliciosa. Tira los dados. Si sacas 6 o más, vete al 198. De lo contrario, vete al 254.


Los dados amarillos han hablado, un 9, al 198



198 ¡El aliento del viejo apesta a vinazo! Está evidentemente borracho y sus palabras de bienvenida se limitan a un murmullo interrogador. Sin embargo, no parece agresivo. Intentas explicarle el motivo de tu presencia en aquel lugar contándole que Salomón te ha enviado para destruir a la Muerte Blanca. En ese momento rompe en carcajadas, mojando con sus babas la barba. «¡Me niego a que un loco como tú baje al fondo de la mina!», afirma. Su reacción te sorprende. ¿Estás dispuesto a considerar su negativa como algo definitivo y continúas tu camino sin la ayuda del viejo? (vete al 33 o intentarás que cambie de parecer (vete 482)


A lo que parece, bajar por el ascensor es el camino más rápido al fondo, pero también se puede intentar bajar por otros túneles y escaleras.
El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Daniel decide hablar con él, y si no hay manera, por las bravas.


El hombre no atiende a razones y pide una suma desproporcionada para bajar. Como no te puedes fiar de que en su estado no deje caer el montacargas, el Maestre Juan decide apartarlo de en medio.

Narración:


«¡Tu insolencia supera toda comprensión!», exclamas. «¡Ya basta! ¡He perdido todo el tiempo que podía concederte! ¡Desaparece de mi vista y déjame pasar!» exclamas, poniéndole la mano en el hombro para apartarlo. Pero la reacción del viejo borracho te pilla por sorpresa, se revuelve y te apuñala con una daga, que por fortuna no logra traspasar tu cota de malla. ¡Es la segunda vez esta semana que un necio intenta apuñalarte!

Furioso, le agarras del brazo, se lo golpeas con violencia contra la pared para que suelte el cuchillo, y le atizas con tus puños una y otra vez en el vientre y la cara, y presa de la cólera, lo pateas ya en el suelo. Demasiado tarde recobras el control, le has dado tal paliza que se ha golpeado la cabeza y está inconsciente.. aunque respira.

330 Desgraciadamente, podría suceder que tu arrebatado impulso hubiera hecho peligrar tu misión aquí, en las minas. En efecto, ahora que la persona encargada de controlar la jaula está inconsciente, ¿cómo te las arreglarás para bajar?
Estudiando con más detalle el sistema de poleas que regula los desplazamientos de la jaula., te das cuenta de que un hombre fuerte como tú podría seguramente accionar él solo el mecanismo. Sólo es necesario asir las cuerdas ;e ir soltando lentamente a medida que bajas: la tarea no será fácil. Y, lo que es más preocupante, las cuerdas no parecen sólidas: esto aumenta los riesgos de la aventura. Para colmo no tienes modo de saber la profundidad exacta del pozo. Coges una piedra del suelo y la dejas caer: ¡el choque tarda bastante tiempo en llegar a tus oídos! ¡No logras saber durante cuánto tiempo tendrás que sostener las malditas cuerdas! ¿Intentarás, a pesar de todo, llegar solo al fondo de la mina (vete al 164) o bien, desanimado por tantas dificultades, prefieres seguir avanzando por el túnel que te ha traído hasta aquí (vete al 33)?

Buena la has hecho... :smt009 aunque claro, también ha sido mala suerte que el tipo estuviera borracho y agresivo, y has tenido suerte con la puñalada.

Ahora, ¿bajar por el ascensor o seguir por el túnel y tratar de encontrar otro camino para descender?


Antonio dice que por el túnel
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Dark-kia
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por Dark-kia »

:S Madre mía que puestos estáis en el tema. Me dejáis acochinado con vuestros conocimientos de los arcángeles.
En fin, usando la lógica, lo más sensato sería buscar otro camino para bajar que no sea el rudimentario ascensor. (Necesitaríamos algo más que el casco para sobrevivir a una caída de este tipo. Puede que el borracho despierte y use su cuchillo para cortar alguna cuerda :smt011 ) :smt102
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El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Dark-kia escribió: 18-May-2020, 23:14 :S Madre mía que puestos estáis en el tema. Me dejáis acochinado con vuestros conocimientos de los arcángeles.
¡Si lo he copiado todo de la wikipedia! :smt043

Al final me he pasado de listo, en realidad las estatuas no significan nada, lo cuál es una decepción. En realidad tampoco tiene importancia. Después de todo este no es el librojuego de "Laberinto Mortal" ni las trampas de Indiana Jones, sencillamente es una mina, y con los peligros típicos de una mina. Por ahora.
En fin, usando la lógica, lo más sensato sería buscar otro camino para bajar que no sea el rudimentario ascensor. (Necesitaríamos algo más que el casco para sobrevivir a una caída de este tipo. Puede que el borracho despierte y use su cuchillo para cortar alguna cuerda :smt011 ) :smt102
Hombre, después de la paliza que le has metido, creo que está en coma :smt036 pero tienes razón es una posibilidad peligrosa a tener en cuenta :smt047 Pero bueno, ya te avisan que el ascensor está en mal estado, y que si te bajas a pulso tirando de las cuerdas corres el riesgo de cansarte y que se te escapen.

Por el túnel, por dos votos a favor...
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

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Sigues tu camino por el túnel. A medida que avanzas, las paredes se van volviendo cada vez más amarillentas: ¿será efecto del azufre contenido en las rocas? Una serie de placas que brillan acá y allá, en las paredes y en el suelo llaman tu atención. Nada permite aventurar si se trata de las huellas de una babosa subterránea o de un tinte propio de la roca. No cabe duda de que estas minas aún te reservan numerosas sorpresas...
Al poco rato llegas a una espaciosa caverna! natural llena de estalactitas y estalagmitas que sobresalen del suelo y de la bóveda, como las mandíbulas de un monstruo legendario. Miras hacia el otro lado de la caverna, en busca del una abertura. Tardas un momento en distinguir el pasadizo por el que se prolonga el túnel que has seguido hasta ahora, parcialmente obstruido por trozos de rocas. Sin dudar te diriges hacia allí. En ese mismo instante una sacudida sísmica de extraordinaria violencia casi te hace perder el equilibrio. La bóveda se resquebraja por encima de tu cabeza y el ruido de siniestros agrietamientos te ensordece. Tira dos dados. Si sacas 8 puntos o menos, vete al 60. Si sacas 9 o más, vete al 543.

... a ver qué nos deparan los dados amarillos árbitros de nuestro destino...por si acaso me pongo ya el casco... Un 5 :smt011



60 ¡Durante uno de los truenos, una estalactita arrancada del techo por la onda sonora cae sobre tu espalda! Si aún conservas la vida, lanza de nuevo los dados. Si el resultado es inferior o igual a 6, vete al 213. Si el resultado es 7 o más, vete al 543.

Por fortuna, acabas de ponerte el yelmo, pero todavía llevabas el escudo colgado a la escuela, por lo que aunque aturdido por el golpe, sales ileso. Embrazas el escudo y lo alzas apoyado en tu casco como la concha de una tortuga ante nuevos desprendimientos... tiro los dados.. otro 5.

213 Te acurrucas ligeramente para continuar la marcha. ¡Pero mientras avanzas, el temblor de tierras continúa! Nuevas estalactitas te golpean. A tu alrededor la ca-perna se ha convertido en un verdadero infierno. Si sigues vivo, tira los dados. Si obtienes al menos 4 puntos vete al 495. Si obtienes 5 o más, al 543

(tiradas de dados pertinentes) Sigues teniendo suerte el casco y el escudo te protegen de impactos directos, aunque quedas dolorido y algunas esquirlas desprendidas te hacen arañazos en la piel expuesta. ¡a correr! ¡Un 10, menos mal!


543 Con un retumbar como de truenos varias estalactitas, desprendidas por el choque, caen a tu alrededor. Pero, afortunadamente, esta vez ninguna te toca. La sacudida sísmica sigue. ¿Quieres correr hacia la abertura del túnel que ahora parece próximo (vete al 140) o prefieres caminar despacio, mirando a lo alto para evitar nuevas estalactitas que puedan caer (vete al 293)?

:smt012 la reacción instintiva es echar a correr, ahora me arrepiento porque te da la opción de ir con precaución mirando arriba, lo que quizá te salve de ser aplastado por una estalactita más gorda... pero en cualquier caso, con el casco puesto no vas a ver gran cosa, así que a correr y a ver si hay suerte.




140 Con el corazón palpitando como si quisiera salirse del pecho, empiezas a correr sin preocuparte por las estalactitas que llueven del techo sobre tu cabeza y se clavan en el suelo. La onda de choque se propaga por la caverna a una velocidad aterradora. ¡Afortunadamente ninguna de las agujas de la roca te alcanza! Logras evitar fragmentos de roca y llegas a la tan ansiada salida: la entrada del túnel del otro lado de la caverna. Vete al 517
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

517 ¡Un nuevo salto adelante y estás a salvo! En la caverna, a tus espaldas, poco a poco vuelve la calma. El cielo deja de temblar y se hace el silencio. Quitas las rocas que estorban la entrada al túnel y penetras en él.
La galería no llega muy lejos, ya que unos metros delante una puerta de gran tamaño impide el paso. Toda de metal, no presenta picaportes ni cerraduras. Sólo dos ruedas empotradas en el metal a la altura de los ojos. Una de las ruedas tiene un diámetro de casi un metro; la otra es mucho más pequeña. Quizá puedan girar. En cualquier caso, parece que no hay otra solución: tratas de empujar o de tirar de la puerta, pero sin conseguir nada. Al tocarla, la puerta desprende una inesperada frialdad y refleja además la luz de la antorcha. No se parece a ningún metal que tú conozcas. Algo te dice que esta puerta lleva aquí siglos, quizá milenios, ¿quién sabe? Tienes incluso el presentimiento de que es obra de otra civilización, de otra cultura con una lógica que nada tiene que ver con la tuya.
Si has seguido al chamán Apolongo hasta su cabaña, vete al 5. De lo contrario, vete al 159.



5 Las palabras del chamán, grabadas en tu memoria, adquieren todo su significado. ¡Aquí está la puerta de la que te habló! Y te alegras de no encontrarte sin recursos ante este nuevo obstáculo. Siguiendo los consejos de Apolongo colocas las manos en la más pequeña de las dos ruedas y le das un movimiento de rotación hacia la izquierda. La ruedecilla gira sin problemas, y oyes el rechinar de los engranajes dentro de la puerta. Retienes la respiración y agarras la rueda grande. En un momento logras que gire hacia la derecha. Una serie de chirridos seguidos de un chasquido seco te permiten imaginar la cantidad de barras que se deslizan en el interior de la puerta, devolviéndole la libertad de movimientos. Tiras de ella hacia ti y la puerta se abre con toda facilidad. Ya puedes seguir tu camino. Vete al 393.

:smt023 Bien jugado señores, acabas de esquivar una lluvia de piedras y otra trampa mortal. Parece que las elecciones eran la muerte por aplastamiento por el túnel o por caída por el ascensor
Última edición por El Analandés el 19-May-2020, 0:00, editado 1 vez en total.
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Re: Las minas del rey Salomón

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393 Cruzas la puerta, orgulloso de haber comprendido el secreto de su mecanismo, cuando una grandiosa visión te paraliza y corta la respiración. Cientos de estalactitas, que durante siglos se han deslizado del techo al suelo, han transformado la sala en una impresionante obra de arte natural. Veintiocho personajes se hallan sentados en torno a una larga mesa adornada por dos maravillosos candelabros. Pero, bajo la lenta acción del agua, toda la escena aparece cubierta por una capa calcárea del más puro blanco. Tu antorcha vacilante arroja luces doradas sobre aquellos hombres inmortalizados para toda la eternidad en una actitud real. Sólo la silueta que preside la asamblea, convertida en un gigantesco esqueleto, ha sufrido los estragos del tiempo. Pasado el primer momento de sorpresa te das cuenta de que algunos objetos se han librado de la petrificación. Cuál de ellos quieres examinar:

¿El pergamino oculto en el puño de un rey que lleva una pesada corona? Vete al 147.
¿El estuche metálico colocado delante de un personaje delgado? Vete al 451.
¿La bolsa que cuelga de la cintura de un rey gordo y orondo? Vete al 133.
¿El cofre que preside el centro de la mesa? Vete al 374.
¿O, firmemente decidido a respetar un lugar en el que la Muerte ha dejado su huella indeleble, decides no tocar nada y marcharte inmediatamente por la puerta del fondo de la habitación? Vete al 99.
Última edición por El Analandés el 19-May-2020, 20:27, editado 1 vez en total.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

A ver qué dicen los concursantes, ¿qué vais a coger?:


Antonio: Vamos a profanar tumbas a lo bestia, cojamos todo. En los juegos de rol yo era de los que llenaban la mochila. (Síndrome de Diógenes)


Esteban: ¡Todo! ¡Mío, mío, mío!

Daniel: Abro el cofre

Pues a abrirlos, todos, empezamos por el cofre...

374 Inmediatamente piensas que el cofre podría contener el objeto que había motivado la reunión de los reyes. Pero no has hecho más que esbozar el gesto de abrirlo cuando el cráneo del esqueleto empieza a relucir. Poco a poco un halo de color púrpura lo rodea... ¡Parece como si hubieras despertado al guardián del santuario! Si dispones de una honda, vete al 234. De lo contrario, vete al 571

Pues qué bien... :smt010 encontraste la honda pero no la cogiste, el hondero egipcio que conociste en el mercado Tebas podía darle la vuelta a la yema de un huevo, pero tú no sabes tirar con ella, y las balas de plomo pesan un huevo :smt003


Aclaro que aún con la honda en el libro la probabilidad de un tiro de suerte es eso... tener tanta suerte como cuando el padre del rey Salomón derribó a un guerrero filisteo colosal de un sólo tiro. El esqueleto este debe ser pariente suyo, o un rey atlante, como el de la película de Conan.

https://youtu.be/pmnbK9VR7VM


Ahora que caigo, cuando tienes cuarenta años ves cosas que se te escapan cuando eres chaval. La honda que puede matar al gigante es una obvia alusión bíblica a David y Goliath, pero a mí se me ha escapado. Como veterano guerrero de juegos de rol, pienso que la honda es un detalle interesante, pero inútil, porque es muy difícil disparar con una, y las balas de plomo pesan demasiado, yo pensaba coger sólo una por si tienes que arrojarla o echarla a rodar para ver si hay trampas en el suelo.

Pero es que el autor hila muy fino. La trampa anterior de la puerta de metal desconocido y las ruedas me ha parecido bastante floja, la típica trampa de alta tecnología que no se distingue de la magia que pone el autor por falta de inspiración, y me parecía una sobrada, me recuerda a este meme especialmente apropiado, porque estamos en tiempos bíblicos

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Pero en el detalle que me doy cuenta es que la puerta no la construyeron aliens
...al tocarla, la puerta desprende una inesperada frialdad y refleja además la luz de la antorcha. No se parece a ningún metal que tú conozcas. Algo te dice que esta puerta lleva aquí siglos, quizá milenios, ¿quién sabe? Tienes incluso el presentimiento de que es obra de otra civilización, de otra cultura con una lógica que nada tiene que ver con la tuya.
ahora encaja, la misteriosa puerta, la referencia a una civilización más avanzada... con el esqueleto de un coloso.
¡Se trata de un atlante! Estas minas ya fueron explotadas por la civilización perdida de la Atlántida, cuando en Sumeria aún empezaban a apilar ladrillos.


571 El Esqueleto Gigante se dirige hacia ti con un terrible crujir de huesos. Una música sincopada parece resonar en tu cerebro motivada por esta alucinante visión. ¡El monstruoso muerto viviente te contempla desde sus seis codos de altura! Exhala tal aura de poder que tendrás que confiar sobre todo en tu agilidad para dominar su fuerza ciega. ¡Empuñando la espada, te enfrentas valientemente a él, al mismo tiempo que evitas el brillo hipnótico de sus dos órbitas, animadas por un fuego diabólico!

Si sales vivo de este enfrentamiento despiadado, vete al 456.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Narración: (adaptando un poco las secciones del libro)

Como contra este coloso no tienes nada que hacer, no sangra, no tiene órganos vitales, y unos huesos tan grandes son difíciles de partir, aún con nuestra espada mágica... te acuerdas de las palabras del sacerdote Antarsis cuando te entregó el Ojo de Horus


"¡Su poder te permitirá desintegrar a los enemigos con la fuerza de su rayo! "


Viendo que el Esqueleto Gigante avanza hacia ti, tirando a su paso asientos y adornos, decides jugarte el todo por el todo. ¡Si logras detener al monstruo antes de que te alcance habrás ganado! A pesar de que tu mano tiembla de miedo, consigues sostener con firmeza el Ojo de Horus en alto e invocas su poder, ¡un rayo de rojo púrpura surge de la pupila del Ojo en dirección al cráneo fosforescente del Esqueleto Gigante!

El rayo purpúreo hiende los aires y se hunde implacablemente en la órbita izquierda del cráneo diabólico. Lo atraviesa de un lado al otro y termina estrellándose contra la pared de la sala. El esqueleto se desmorona: ¡su gigantesca envergadura ósea se rompe en mil pedazos! La fuerza sobrenatural que lo alentaba ha sido derrotada por la antigua hechicería egipcia y la firmeza de tu mano Vete al 456.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Pasamos a saquear los tesoros de la sala, que mientras buscas Shangri-La hay que vivir... por turno, primero el cofre, que dijo Daniel

Cofre:

170 Te inclinas sobre el cofre colocado en la ancha mesa y lo estudias con atención, en busca de una posible trampa, evantas su tapa con la punta de la espada.
Ningún resorte se pone en marcha para lanzar flechas o puñales... Ante tus ojos aparece un cojín de terciopelo color esmeralda sobre el que descansaría un hermoso objeto de cristal. Pero de lo que probablemente fue la sublime efigie de un pavo real con bello plumaje de cristal sólo quedan los restos transparentes. Tan mala suerte te sume en la tristeza, y ya vas a alejarte del cofre cuando un punto brillante llama tu atención. Apartas los restos de cristal y descubres una bella perla negra, probablemente de un gran valor

Bolsa:

25 Unos cuantos trozos de caliza caen al suelo cuando desprendes la bolsa de la cintura del hombre corpulento petrificado. Está atada con un cordón dorado, que desatas con impaciencia. Vacías el contenido de la bolsa en la palma de la mano: hay 12 monedas de oro.

Estuche:

152 El estuche metálico abandonado ante uno de los reyes fosilizados te atrae. Está hecho con un metal satinado y sellado en sus dos extremos. Pero mientras lo das vueltas entre las manos terminas por descubrir un mecanismo que logras abrir. Sacas el contenido del tubo metálico: un pergamino cubierto con caracteres antiguos. Logras descifrarlo y descubres que se trata de dos fórmulas mágicas. ¡Feliz debes sentirte de que los manuscritos no estuvieran protegidos por runas explosivas!
Tienes ahora en tu poder dos Sortilegios: el primero te permitirá petrificar a una criatura viva. El segundo tiene la propiedad de convertir en barro una masa de piedra.

Pergamino:

218 Abres uno a uno los dedos crispados de este rey de un reino olvidado para conseguir el pergamino que te interesa. Pero no logras desprender totalmente el rollo de fibra vegetal: a pesar de tus esfuerzos sólo logras arrancar la mitad. El resto quedará para siempre aprisionado en manos del rey muerto. Parece evidente que el pergamino no es mágico. El paso inexorable del tiempo ha borrado en parte los caracteres en él escritos. Sin embargo, lamentas no haberlo conseguido entero: en efecto, el texto que logras descifrar parece poseer cierta importancia, aunque desgraciadamente no revela todo su sentido. Esto lo que logras leer:
INTHE
ención
amás tor
dad!
No sabes si conservar o no el pergamino, pero ya empieza a deshacerse entre tus dedos. La humedad y el desgaste del tiempo han hecho su trabajo. Puedes seguir tu camino (vete al 203)
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

203 Dirigiendo un último saludo a las siluetas petrificadas, abres la pur ta que está en el fondo de la sala. Te quedas asombrado ante el extraño espectáculo que ofrece a tus ojos: tras haber atravesado un lugar en el que todo era piedra y aridez, la pared de pasillo que logras divisar es el ejemplo da todos los estragos que la humedad puede causar. El suelo, antaño pisado por miles de personas, está ahora cubierto de musgo verdoso. Del techo cuelgan líquenes y todo tipo de vegetación característica de terrenos húmedos que cubren casi todo el pasadizo sin llegar al suelo. No puedes seguir tu camino sin rozar esas plantas viscosas que no te inspiran ninguna confianza. Qué decides:

¿Abrirte camino con la espada? Vete al 481 ¿Avanzar a cuatro patas tratando de evitar todo contacto desagradable? Vete al 568. ¿Arrastrarte sencillamente sobre el suelo húmedo? Vete al 404.


Daniel tiene dudas de si se gastaría el filo de la espada cortando la vegetación, la espada está hecha de un acero muy duro y está encantada, permanece siempre afilada, no se va a gastar por cortar unos hierbajos


Antonio: Nada de indignidades, machetazo

Miguel: ¡Prefiero luchar de pie con mi espada que arrastrarme y ser sorprendido indefenso, a segar!!!


Así se habla, como valientes. A ver... esperemos que no sea un monstruo vegetal como la Cosa del Pantano o algo así..
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

481 Haciendo acopio de valor te vas abriendo furiosamente camino a través de la repugnante vegetación. Los líquenes arrancados caen al suelo salpicando gruesas gotas de agua, tal es la malsana humedad que los impregna. Te estremeces al sentir el contacto frío y viscoso de una espesa liana cavernícola. Casi añoras los combates con ciertos Hombres-Lagarto que alguna vez conociste... Amasijos musgosos de reflejos glaucos acarician tu nuca. Su contacto es repugnante, pero no parece peligroso porque no experimentas ningún malestar. Temías que los musgos fueran portadores de alguna enfermedad, pero no parece que sea así. Avanzas por el fango unos quince metros hasta que llegas ante una puerta. Vete al 419.

( ufff menos mal, esta escena tenía cierto aire a Lovecraft)


419 Abres la puerta con un golpe seco y entras en una minúscula habitación circular. En el centro una escalera se hunde en el suelo. Pero, lo que resulta más extraño, ante ti se levanta una extraña silueta, con una larga túnica gastada y deshilachada, hasta el punto de que puedes ver a través de la tela... ¿Cómo es posible? ¡Sin duda estás soñando! ¡Tu mirada es capaz de ver lo que hay detrás de la aparición! ¡Se trata de un espectro! ¿Le atacarás sin pérdida de tiempo (vete al 525) o intentarás descubrir el motivo de su presencia en este lugar (vete al 206)?


lástima no tener ya el anillo de protección contra aparecidos..

Miguel: La espada no sé si sería efectiva, hablemos de lejos a ver
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