La sangre de los zombis

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

Se me ha venido a la mente aquella canción de "tendré que buscar/más munición/encenderme otro puro/y buscar un rehén que me sirva de escudo. Y es mi día de suerte/debajo de esa mesa/hay una embarazada haciéndose la sueca". Pero, ¡ay! no solo Z. tiene complejo de caballero andante, sino que Yurr y sus secuaces carecen de reparos morales. ¡Qué fatalidad! Por otra parte, es normal que la polaca esté nerviosa: memoria racial. Seguro que cuando un hombre cubierto de sangre y con un PPSH entre las manos entró en la casa de la abuela de Ania no venía cantando Japi birzdai tu llu.

Ahora hablando en serio, ya me imaginaba que la atrincherada tras la puerta era Ania, y pensé "vaya con la calenturienta imaginación del Analandés, que quiere meter a un personaje femenino joven, inocente, eslavo y de pechos generosos cual adolescente en celo fantaseando en la clase de Química". Luego, bueno...
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http://i.imgur.com/iPoagGe.jpg[/img]

Visto que había un personaje femenino en la historia y sí que era una joven cachonda ha sido un puntazo el tema del diario, así ya tenemos un personaje definido con el que interactuar que ha sido introducido en la historia con una cierta elegancia. Ahora escribe, escribe :smt026 .
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

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COMENTARIO DEL NARRADOR

Heinrich escribió:Se me ha venido a la mente aquella canción de "tendré que buscar/más munición/encenderme otro puro/y buscar un rehén que me sirva de escudo. Y es mi día de suerte/debajo de esa mesa/hay una embarazada haciéndose la sueca".
"De cacería" de Defcon 2, inspirada en la primera de las muchas matanzas con armas de fuego en USA, en concreto en un veterano de Vietnam grillado que entró armadado hasta los dientes en un McDonalds pegando tiros en los años 80.

La verdad es que era de pésimo gusto, pero la citaban en alguno de los capítulos del manual de "Mutantes en la sombra"
Pero, ¡ay! no solo Z. tiene complejo de caballero andante,
¡Claro que sí!. Lleva una armadura medieval y una puta espada. :smt029

Como decían en un artículo sobre clases de jugadores de rol, hay una línea muy fina que separa el héroe del psicópata.
Z. es una persona normal, o todo lo "normal" que un frikazo pueda ser, pero ni es un héroe ni es tan canalla como para abandonar a una pobre chica a merced de unos sádicos asesinos.

Pero sólo porque es chica, es joven, y es guapa. De lo contrario Z., y cualquier persona normal, se pensaría dos veces el arriesgar su cuello por un desconocido.

. ¡Qué fatalidad! Por otra parte, es normal que la polaca esté nerviosa: memoria racial. Seguro que cuando un hombre cubierto de sangre y con un PPSH entre las manos entró en la casa de la abuela de Ania no venía cantando Japi birzdai tu llu.
Off topic:

Propaganda antisoviética y rusófoba :smt018 . Las tropas del Ejército Rojo entraron en Polonia como libertadores. Lo malo es lo que vino después con el régimen comunista. :smt010

En serio, lo de las violaciones perpetradas por los soldados soviéticos se ha exagerado mucho. Que las hubo, sin duda, y otros crímenes y abusos, que se le pusieron coto en seguida por razones políticas. La disciplina era muy severa. Además que a diferencia de los soldados de la Alemania nazi, los soldados rusos eran gente normal, que tenían la desgracia de padecer un régimen totalitario pero a los que no se había adoctrinado para tratar a otros pueblos como subhumanos, como los nazis. Y del trato de los aliados occidentales a los vencidos como ocupantes en Alemania habría mucho que decir y nada bueno. Violaciones masivas por parte de los franceses, y no sólo por las tropas coloniales africanas, matar a millares de prisioneros de hambre y sed, ejecuciones de prisioneros ordenadas por el alto mando, la inhumana política de no confraternización... si al final va a resultar que los primitivos y totalitarios rusos se comportaron de forma más humana que los civilizados y democráticos americanos y británicos.

Es un misterio del carácter ruso, pueden pasar de la crueldad bestial a la bondad angelical. Hubo venganzas salvajes, y por otra parte, plenamente justificados, pero pasada la furia, no son vengativos y rencorosos como nosotros los españoles. No digo que sea mejor ni peor, simplemente diferente.


Ahora hablando en serio, ya me imaginaba que la atrincherada tras la puerta era Ania, y pensé "vaya con la calenturienta imaginación del Analandés,

Pues yo cuando leí el libro me quedé tan sorprendido como Z. al encontrarme con una chica. Porque en los librojuegos, tratándose de "machaco y me llevo el tesoro", y escritos en su mayoría por pudorosos ingleses, o a veces americanos, dirigidos a adolescentes, y bajo el puritanismo anglocabrón de los 80, no hay personajes femeninos, salvo alguna maciza dibujada por el cachondo del dibujante de turno. Si sale una tía, o la palma, o te pone en el dilema de luchar contra ella, porque la educación machista decía que "a las chicas no se les pega". Aunque para qué nos vamos a engañar, el adolescente medio es un psicópata sediento de sangre como los protagonistas de esos librojuegos, y cuando te salía una mujer como oponente lo único que mirabas era cuántos puntos de vida tenían.

La única excepción es un librojuego muy bueno de AD&D, que está escrito para un público más adulto, yo lo leí en inglés, pero parece que existe traducción en español

http://gamebooks.org/show_item.php?id=144

Ahí no sólo tienes una chica guapísima como compañera de aventura, si no que hasta puedes llegar a casarte con ella al final.

Y en los librojuegos de "La saga del cruzado" no sólo salen chicas, si no también sexo. Cosa que tratándose de franceses es más natural. También puedes abandonar la búsqueda de Shangri-La al encontrar el amor.

Yo como buen psicópata sediento de gloria, elegí continuar con la aventura. :smt025
Pero como no llegaron a traducirse los dos últimos libros ahora pienso que me equivoqué y debería haberme quedado con la chica. :smt010

Aunque claro, si llegabas a alcanzar la inmortalidad, puedes tener a todas las mujeres que desees. :smt003


Visto que había un personaje femenino en la historia y sí que era una joven cachonda ha sido un puntazo el tema del diario
Como puedes ver, creo mi propia historia pero con los condicionantes de las cartas que el autor me dio. Livingstone es un viejo verde, por cierto. A partir de unas ideas esbozadas, desarrollo los personajes y la trama.

La chica era americana, y trabajaba de cocinera, pero como eso no tiene sentido, como ya dije, la convertí en doncella y que fuera una inmigrante polaca en Britania. El diario también está en el original. Lo he desarrollado poniéndome en lo peor y siendo realista, que no morboso, que esto no es un foro de relatos porno.
así ya tenemos un personaje definido con el que interactuar que ha sido introducido en la historia con una cierta elegancia.
Más o menos la forma en que aparece en la historia es la misma, sólo que aquí no la has visto huir y no sabes quién es. Pero en serio, yo pensaba que la chica estaba muerta porque te encuentras con un par de chicas zombi. No sé si habré sorprendido a alguien, a ti seguro que no. Las presentaciones son igual de tensas, la tía está histérica y te pega tiros hasta que le convences de que estás de su lado, y también es tan torpe que se le puede caer el arma y herirte por accidente.

Por cierto, que el revólver, aunque los dibujos de las armas no son realistas, me lo he currado y he buscado un arma que se le parezca y no sea el típico Smith & Wesson. El telescopio antiguo también sale en el original. La ametralladora es una Browning pero considerando el contexto, mucho más apropiado que sea un arma soviética.

Por otra parte mi personaje de Ania es mucho más interesante, porque en la historia original la chica es un florero, y no te destripo nada si te digo que no te la tiras, que eso ya lo tienes asumido que no hay sexo en los librojuegos, es que ni puto caso te hace, una desagradecida. Por otra parte real como la vida misma, Livingstone se deleita en putear al lector. Esperemos que nuestra historia acabe mejor, o al menos sea más entretenida.
Última edición por El Analandés el 27-Ago-2016, 19:38, editado 1 vez en total.
El Analandés
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NARRACIÓN

Cabizbajo y meditabundo entras en la oficina, sumido en tus pensamientos... y te llevas un susto cuando Ania, sobresaltada al entrar tú sin avisar, ha cogido el revólver y te encañona antes de reconocerte.

"¡Deja de hacer eso, chica!" - le gritas y añades un castizo "¡joder!".

Ella contrita, vuelve a sentarse, deja el revólver sobre la mesa y agacha la cabeza. Tomas asiento frente a ella en silencio, tratando de calmarte. Es la cuarta vez que por poco te pega un tiro. No sabes por qué tienes tantas ganas de pegarle de bofetadas. La agresividad fruto de la tensión, supones. Es raro que tus ansias de violencia no se hayan quedado saciadas después de matar a tanta gente. Aunque los infectados no cuentan, son como bultos. Será porque es la primera persona de verdad con la que has hablado en una semana, Otto y el pobre Boris aparte, tus nervios están al límite, y lo pagas con ella. Que te dispare no mejora las cosas.

Rompes el silencio incómodo.

"Estamos a salvo. Al menos por ahora. No se ven más infectados sueltos, y Dürr y sus matones están al otro lado del castillo y no parece que tengan ganas de venir a buscarnos. Están bebiendo y esperan a que salgamos. Tenemos tiempo de hablar y pensar qué vamos a hacer."


"Hablemos" — dices con voz suave — "Tú primero."

Ella levanta la vista y titubea, antes de hablar:

"Yo soy.. Ania. Trabajo...de doncella aquí..."

Haces un gesto de fastidio con la mano "Sí, sí. Eso ya lo sé. Te llamas Ania Dabrowska, eres polaca, vives en Britania, y viniste a principios de año a trabajar aquí como doncella para Dürr ... "

Ella abre mucho sus ojos azules, asombrada, "¿Cómo sabes tanto?" antes de que su expresión se convierta en una de sospecha, y de repente se pone de pie de un salto gritando histérica

"¡Eres uno de ellos!¡Eres uno de ellos!"

y trata de coger el revólver. Apenas te da tiempo a reaccionar y agarrarle la mano antes de que te pegue un tiro en la cara. Forcejeas con ella y aunque estás cansado y ella se revuelve con la furia de un gato montés le arrancas el arma. Le das un empujón para que se siente. Y empieza a suplicar con las manos entrelazadas repitiendo

"¡Por favor, no me mates!"¡Por favor, no me mates!" la chica se cubre la cara con las manos y llora.

Harto de lloros, y de tiros, levantas la mano para pegarle una bofetada pero te contienes. Respiras hondo y te vuelves a sentar, pero esta vez sujetas el revólver en tu regazo. Pobre chica, piensas. Está totalmente desquiciada, aunque entiendes por que tú también has pasado por eso. Sientes pena y compasión por ella. Le hablas con suavidad:


"Ania, cariño, cálmate. No te voy a hacer daño. No tengas miedo"
ella deja de llorar y te mira entre los dedos.

"Pobre chica. No tengas miedo. No soy uno de ellos. Soy un prisionero, como tú. He escapado, y voy a sacarte de aquí

Ella se serena y te mira esperanzada, "¿De verdad? — y con duda — "¿pero cómo sabes...?"
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:24, editado 4 veces en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

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Tu falta de habilidades sociales te ha supuesto muchas meteduras de pata y una merecida fama de bocazas. Al menos con los años has aprendido cuándo callarte y no decir todo lo que sabes. Dado el contenido íntimo y escabroso del diario, mejor no le dices que lo has leído.


"¿Cómo sé quién eres? Tranquila, te explico. Escapé, luego, no quieras saber dónde, encontré tu relicario, con tu foto y tu nombre. Más tarde, durante mi escapada a otra parte del castillo, entré en tu habitación, vi que era de una chica..."


Ella enojada te interrumpe "¿Cómo? ¿Has estado en mi cuarto y mirado mis cosas?"

Maldición. No sabes cómo hablar a las mujeres. Recurres a la artillería pesada.


"Ania. Escucha. Creía que estabas muerta. Me sentí muy triste por ti. ¡Me alegro tanto de haberte encontrado viva!"


Ania se queda sin habla. Conmovida balbucea "¿De-de verdad?" se entristece y se enjuga las lágrimas. "Gracias. ¡Es tan bonito! No pensé que le importara a nadie.¡Muchas gracias!"

Prosigues, antes de que se ponga a llorar otra vez.


"Encontré uniformes de doncella y encontré unas cartas en polaco, que no entiendo, con remite de Britania, y dirigidas a tu nombre, por lo que así supe que esa habitación era la de la chica del relicario, que eras polaca, por tu apellido, que vives en Britania y que trabajabas en el castillo de doncella"


Ella se queda admirada: "Vaya... eres como ese detective, Sherlock Holmes." pregunta esperanzada: "¿Eres policía?"

"No. Sólo un turista."

Al ver la decepción en su rostro te sientes picado en tu orgullo.

"Escucha Ania. He conseguido escapar de la prisión, solo y sin armas y sin ayuda. He matado a docenas de esos locos furiosos enfermos, me he enfrentado a los matones de Dürr y he corrido grandes peligros para llegar hasta aquí. Y te he salvado la vida. Muestra algo de respeto, chica."

Ella se queda avergonzada y agacha la cabeza. Luego te mira a los ojos y te habla seria:


"Tienes razón. Soy una desagradecida. Lo siento mucho, perdóname."
le dices que no importa y que no hace falta que se disculpe, no vaya a ponerse a llorar otra vez, y la animas a continuar.

"Sé que no es fácil escapar de aquí. Yo lo intenté, hace un mes, conseguí salir del castillo, pero soltaron a los perros y me cogieron en el bosque. La culpa es del perfume que el señor Dürr me hacía ponerme..." divaga. No le dices que los perros son capaces de seguir su rastro de todas formas.

"Muchas gracias por preocuparte por mí. Es lo más bonito que haya hecho alguien por mí. Te cuento una cosa.."


Pones los ojos en blanco exasperado cuando ella empieza a contarte todo lo que ha hecho esta mañana desde que tuvo que despertarse para servir el desayuno al amo Dürr , que se fue en coche al pueblo para unos asuntos...

Hazle una pregunta a un hombre y te contestará. Las mujeres tienen que contarte todo lo que han hecho en todo el puto día.

Pero escuchas con paciencia, porque sabes que es la forma que tienen las mujeres de ordenar sus pensamientos e interrumpirla sólo alargará la historia.

Al menos su inglés es comprensible. Habla con una entonación y un acento distintos, pero te es más fácil de comprender que el inglés británico.

Te cuenta su rutina matinal de criada, cómo el ruido lejano de disparos en el ala sur la inquietó, que cesaban y volvían a sonar más tarde, la agitación entre los hombres de Dürr y la sensación de que algo fuera de lo normal estaba pasando. Cómo la encerraron en el cuarto de Ioanna, y más de una vez tienes que contenerte para no interrumpirte y decirle que no te cuente cosas que ya sabes por haber leído su diario. Te cuenta que Gregor al encerrarla le dijo que un prisionero, el turista, había escapado del sótano. Que según pasaba el tiempo, se oyó una explosión, y luego tiros de ametralladora, más cerca. Y que pensó que no sólo el turista había escapado, si no que estaba peleando con los hombres de Dürr .

Entonces Boris pálido y sudoroso vino a su cuarto, parecía muerto de miedo. Cuando le preguntó qué pasaba, Boris le dijo que el prisionero español se había escapado del sótano, había encontrado armas, y se estaba cargando a todos los "leprosos" que estaban encerrados.

"No son leprosos, ni zombis, son infectados." la corriges, ella acepta la corrección y te pregunta si es verdad que si te tocan te contagian. Le explicas que el virus se transmite por la sangre y que si tomas simples precauciones no hay problema. Ella continúa la historia.
Última edición por El Analandés el 24-Oct-2016, 23:46, editado 2 veces en total.
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Re: La sangre de los zombis

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Ania prosigue su relato.

"Estaba encerrada en el cuarto de Ioanna, que ahora era el mío. Y vino Boris y me abrió. Tenía miedo, pero cuando me contó lo del español que había escapado, luego dijo sonriendo: " ese... cabrón
— Ania se ruboriza al decir la palabrota — es un tipo duro, ¡está volviendo locos a los guardias! Tal vez puedas escapar mientras los distrae."

"Me quedé muy sorprendida que Boris, después de delatarme la otra vez que intenté escapar, ahora me soltara. Pensé que era una trampa, y le pregunté por qué no escapaba él, o por qué no huía conmigo.


Entonces se puso serio, "No puedo. Sospechan de mí. Y si huyo matarán a mi amigo Gregor, no nos dejan solos a los dos a la vez. Además, Heinrich Dürr volverá pronto." Parecía terriblemente asustado y entonces me di cuenta de que decía la verdad. "Es mejor que me quede y aguarde mi oportunidad. Pero tú tienes que irte y tratar de escapar ahora mismo, antes de que vuelva ."

— Sientes una punzada de celos retrospectiva y le preguntas a Ania si Boris estaba enamorado de ella

Ania niega con la cabeza sorprendida: "No, no. Sé que le gustaba y me miraba el pecho... pero no me quería. Creo que se sentía mal por haberme traicionado y quería ayudarme mientras podía."

"Me acompañó a mi cuarto al piso de abajo, me dijo que me cambiara — y vuelves a sentir celos al pensar que Boris la miraba mientras se desvestía el uniforme de doncella — y me pusiera zapatos para correr. Que no cogiera nada más que el bolso, y me dio la pistola."

"Revólver" — dices pedante — "¿tienes más balas?"
"Sí, en el bolso. Boris me dio una caja."
"¿Sabes usarla? ¿Cómo se carga?"
"Sí, Boris me mostró como se hacía — pones el arma en la mesa y la empujas hacia ella."Múestrámelo — observas cómo Ania saca una caja de 25 balas del bolso, pero al abrirla cuentas que quedan sólo 19, coge el revólver en la diestra y sin vacilar pulsa el botón de apertura del tambor, saca correctamente los cartuchos percutidos, recarga con dedos ágiles y cierra el tambor con una palmada de la mano izquierda. Sientes algún alivio que por lo menos tiene eso aprendido. Le indicas que deje el revólver sobre la mesa y que continúe:


"Boris también me dio la llave de la puerta de la escalera para que pudiera salir de la planta. Me dijo que esperara a que Dürr volviera y que él y sus matones estuvieran ocupados con el español, que si sonaban tiros cerca tenía que agacharme para que no me dieran, y que me escondiese hasta que pudiera salir y escapar sin ser vista por la puerta del castillo. Se despidió y me deseó buena suerte. Cuando se marchó se oyeron un par de disparos, más fuertes esta vez"


"No sabía qué hacer. No me atrevía a salir, y Boris dijo que esperara, entendí que si se oían tiros, es que el español estaba luchando con los lepro.., los infestados,— dice, con ese — como tú dices. Pero luego había silencio, y no sabía si es que lo habían matado o ... hasta que se oían tiros otra vez. Cada vez que eso pasaba no sabía si alegrarme porque seguía vivo y estaba luchando, o preocuparme por si esta vez lo mataban. Así que me puse a rezar. Rezaba por el español. Porque Dios le protegiera, porque escapara y fuera a buscar a la policía y nos salvara. Rezaba... por ti — dice, mirándote con expresión suplicante en sus profundos ojos azules.

Te sientes conmovido. Ella continúa, con la voz preñada de emoción al revivir la angustia que sentía:

"Entonces ... escuché varios tiros muy seguidos, débiles, como más lejos... y luego una explosión tremenda, que temblaron las ventanas y toda la casa. Grité"
— se estremece al recordarlo. "Pensé que esta vez se había acabado. Que habían matado ya al espa.. que te habían matado a ti. Me eché a llorar. Pensé que ya no había esperanza."

Eres incapaz de decir nada. Te limitas a asentir mientras revives tu encuentro con el dinamitero y lo cerca que sentiste el soplo de la muerte. Y luego el angustioso descenso por la soga desde la torre al tejado... la voz de Ania te saca de tu ensimismamiento.


"No sé cuanto rato estuve así. Luego me calmé, y pensé que el español era un valiente, que había muerto para intentar salvarnos y que ya había muerto mucha gente y tenía que hacer algo. Que tenía que escapar y avisar a la policía para ponerle fin a esto...."


Tu impresión al leer su diario es acertada. Es una chica valiente, a pesar de lo asustada que está. ¡Un momento! ¡Ella ha dicho que eres valiente!, te sientes orgulloso.

"Entonces oí el ruido del coche de Dürr . Me atreví a asomarme a la ventana del pasillo para verle llegar. Me quedé mirando porque esperaba que los guardias salieran a recibirle y entonces cuando estuvieran todos reunidos, sería el momento para ir hasta la escalera.

Entonces, los infestados — repite, con ese, pero te abstienes de corregirla — se pusieron a gritar. Luego cayó una teja y los infestados gritaban como hooligans en el fútbol y miraban y señalaban hacia arriba. No entendía que pasaba, y sus gritos me parecían horribles, me tapé los oídos e iba a encerrarme en mi cuarto, cuando de repente vi salir a Dürr con un rifle en las manos, como cuando salía a cazar.


No te gusta recordar lo mal que lo pasaste en el tejado y revivir la angustia sufrida, pero entiendes que Ania necesita hablar y desahogarse, y te embelesa escuchar la melodiosa voz de Ania con su peculiar acento eslavo, pero ahora sientes la boca seca. Reparas por primera vez en que en la pared, bajo el espejo hay un carrito de bebidas con botellas de agua. Interrumpes a Ania y vas a por las botellas. Tras beber los dos, ella prosigue.
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:28, editado 4 veces en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

"Entonces Dürr apuntó con su rifle" — y aquí Ania apunta hacia arriba, con las dos manos con los dedos índice extendidos, como hacen los niños cuando fingen jugar con pistolas, un gesto que te resultaría gracioso y tierno si no fuera porque estás reviviendo aquel terrible momento. Cierras los ojos con fuerza "¡y pum!" Ania sigue contando, sin darse cuenta de que te hace sentir mal. "Y entonces contuve un grito, porque entendí que el español estaba en el tejado y los infestados lo veían" — a Ania parece que le es más fácil recordar refiriéndose a ti en tercera persona — " y que Dürr le disparó. Pensaba que lo había matado, porque Dürr es un gran cazador, pero se quedó mirando, y di gracias a Dios porque falló."

¡Lo pasé tan mal! ¡Estaba tan angustiada! — ni la mitad que yo, chica, piensas con sarcasmo, pero no quieres herirla — pedía a Dios que el español se salvara... Sabía que estaba ahí arriba en el tejado y que Dürr estaba al acecho para dispararle otra vez. Entonces pensé que tenía que hacer algo para ayudarle. Pero no sabía qué. Pensé en gritar para distraer a Dürr pero — Ania baja la mirada avergonzada — Tenía miedo. Miedo de que me disparara a mí .
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:29, editado 2 veces en total.
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

"Entonces me acordé de la pistola que me dio Boris. Soy una tonta por no haberlo pensado antes. Sabía que Dürr estaba muy lejos y que no iba a darle, porque no sé disparar, pero a lo mejor le asustaba y le daba al español una oportunidad. Fui corriendo a buscarla, pero estaba tan nerviosa que se me cayeron las balas al sacarlas, y me puse a cogerlas. Soy taaan tonta que no me acordé de que la pistola ya estaba cargada — pones los ojos en blanco pero no dices nada — . Entonces vi como Dürr disparaba otra vez, y grité, porque pensé que esta vez te había matado — dice, mirándote a los ojos, como si acabara de darse cuenta que "el español" de su relato y tú sois la misma persona, la verdad es que estás conmovido por el hecho de que se preocupara por ti, un completo desconocido, y ella decidiera arriesgar su vida para ayudarte, y así se lo agradeces.

Ella protesta, "¡Pero si no hice nada!" , le contestas que lo que cuenta es la intención.

¡y luego! ¡ratatatata!" — imita el sonido de una ametralladora — ¡tantas balas! ¡y Dürr corrió como un conejo! — por primera vez sonríe y palmotea alegre. La sonrisa es tan bonita que no puedes evitar sonreír también.

Luego se pone seria y frunce el ceño "Lástima que fallaras y no mataras a ese... ¡cerdo!" — escupe con auténtico odio y se queda callada, lo que te sorprende no es tanto el sentimiento, como el súbito cambio de alegría a rencor.

Miras el reloj. Sientes el impulso de que no deberías estar aquí charlando, que tendrías que estar haciendo algo, preparar un plan... pero estás cansado, no se te ocurre nada, y después de todo el horror, sufrimiento y muerte, es tan relajante escuchar a Ania parlotear que no quieres moverte todavía de aquí. Además, te dices que tienes que ser paciente. Deja que el enemigo se aburra y se canse haciendo guardia, esperando a que salgas. Igual es mejor esperar a que caiga la noche para intentar salir. Entretanto hay que pasar el tiempo de alguna forma. Y la pobre chica tiene tantas ganas de hablar y desahogarse que te da lástima...
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:29, editado 2 veces en total.
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Paseas la mirada por la oficina y encuentras un hervidor de agua. Por desgracia no hay café, sólo bolsitas de té, pero al menos hay sobrecitos de azúcar. Después de hacer té, Ania sigue contando:

"No sabía qué hacer. Esperé unos minutos por si volvía Dürr. Oí ruido de cristales al romperse y golpes en el piso de arriba, en su cuarto — eso debió ser cuando entraste por la claraboya. Resulta desconcertante lo cerca que estuvisteis, sin llegar a veros — Y oí también dos disparos a lo lejos , que venían desde el ala sur. Un poco más tarde vi como salían los guardias de Dürr del arco de la puerta y llevaban con ellos a Boris, que parecía tener las manos atadas, cruzaron el patio y los perdí de vista cuando entraron en el ala de los dormitorios. Me asusté por qué pensé que habían interrogado a Boris, y venían a buscarme.

— Un momento. Déjame pensar. — le dices.

Reflexionas. Una vez que te vieron, o más bien, te oyeron atravesar la claraboya, tus enemigos sabían que podían exponerse y se tarda menos en cruzar el patio que ir por los pasillos.

No recuerdas haber oído disparos. Aunque entre que oyes mal, llevar el casco puesto, los gritos de los infectos del patio, y que estabas concentrado en no caer del tejado, no es una sorpresa. ¿A quién le disparaban?

Te acuerdas de lo que dijo Boris, y en un destello comprendes que eran los tiros de la ejecución de Gregor y Otto. A Boris se lo llevaron para que sirviera de cebo. Lo llevaron al sótano del ala oeste, abrieron unas cuantas celdas y la puerta de la escalera, y los infectados persiguieron a Boris escaleras arriba. No es de extrañar que Boris acabara reventado, después de subir seis pisos.

Antes, alguno de los guardias tuvo que subir en el ascensor para abrir la puerta de la escalera en el último piso.

La verdad es que Dürr tomó decisiones rápidas. Ideó con presteza un plan y lo ejecutó... y también ejecutó a Gregor y Otto de paso.

Te preguntas si podrías haber hecho las cosas mejor. Al tomarte tu tiempo en recargar arriba en el tejado, más lo que tardaste en bajar por la claraboya, y armarte y equiparte de nuevo le dio a Dürr y sus esbirros tiempo de sobra para contraatacar, y acabaste atrapado en el piso de arriba del ala oeste. Sobreviviste por muy poco. ¿Habría sido mejor que simplemente fueras deprisa para bajar cuanto antes? Te parece que no, si echases a correr a ciegas, sin ningún plan, ni saber a dónde ibas, habrías llegado más lejos antes pero habrías acabado muerto en alguna emboscada. Ser lento y metódico tiene sus riesgos, pero mucho más arriesgado avanzar a lo loco.

Estás vivo y eso significa que acertaste. Si fue por rara habilidad y astucia, por suerte, o por la Divina Providencia, eso importa poco. Aunque si has cometido errores, es mejor repasar la acción. Cuando salgas de aquí y te enfrentes a ellos, no puedes cometer ni un error.

Te sirves más té, y le dices a Ania que siga.
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:34, editado 2 veces en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Estaba asustada. Creía que venían a por mí. Y pensé que el español no podría con los guardias — su carencia de fe en ti resulta molesta, pero no dices nada — por lo que pensé en esconderme, así que me escondí en el armario de la limpieza — su astucia femenina te hace reír entre dientes. No le falta lógica, al no hallarla en ninguna de las habitaciones, los guardias supondrían que el pájaro ya habría volado y estaba lejos.


Me escondí y me puse a rezar. Oía gritos y ruidos de gente subiendo por las escaleras. Luego más gritos, y carreras por el piso de arriba. ¡Y entonces una explosión! ¡Y luego otra! ¡Justo encima! ¡Me cayó polvo del techo! Y disparos, ruidos, gritos, golpes... la ametralladora otra vez, ¡otra explosión más! y otra vez el ¡ratatatata!.. parecía la guerra. Comprendí que el español estaba arriba luchando con los infestados, y le pedí a Cristo y a los santos que le ayudaran.


Te pones triste al recordarlo.

— Fue entonces cuando Boris murió. — dices

¡Oh, lo siento tanto!, ¿estaba contigo? ¿Cómo murió?

— Me salvó la vida. — es todo lo que se te ocurre decir, además es la verdad.

¡Pobre! Sabía que no era malo, no era como ellos. Descanse en paz

Oía más ruidos, gente yendo y viniendo. Luego unos cuantos disparos más, golpes... y silencio. Me quedé angustiada y no sabía que había pasado, quería salir, pero entonces oí el ruido del ascensor que llegaba...

Miras el reloj y le dices a Ania que se salte esa parte, y le preguntas cómo escapó del ala oeste después de que los matones de Dürr ametrallaran el ascensor y lo dejaran bloqueado en esa planta.
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El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Ania te cuenta que se olvidó mencionar que Boris le dio la llave de la puerta de la escalera, y después de los disparos, bajó por la escalera de la torre noroeste,

— Interrumpes a Ania y maldices a Boris entre dientes. Si te hubiera dejado también esa llave en el manojo, no te habrías quedado atrapado en el último piso del ala oeste y te habrías ahorrado jugarte la vida saliendo por la ventana y bajando por el `pozo del ascensor, aparte de que también te dispararon. Te alegras porque Ania pudo salvarse, pero te sigue molestando la putada que te hizo. Te disculpas por la interrupción y le animas a que prosiga.

Ania continúa diciendo que bajó por las escaleras siguiendo los pasos de los guardias, que iban un par de pisos por debajo, y antes de llegar a la planta baja, se quedó escondida en las escaleras, escuchando, y oyó como los guardias informaban a Dürr de que el español no había bajado por el ascensor y debía haber escapado por otra parte, y que tampoco habían encontrado a Ania, y cómo Dürr , furioso, les dio órdenes de registrar palmo a palmo el resto del castillo. "Encontradlos, matad a ese cabrón, ¡y traerme a la chica viva!"

Ania se quedó escondida en las escaleras de la torre, mientras escuchaba como los guardias se alejaban y daban portazos tras registrar las habitaciones de la planta baja del ala norte. Cuando oyó que los pisos se alejaban, se arriesgó a abrir la puerta y mirar por una rendija. Pensó que si los guardias ya habían registrado una habitación, no volverían a mirar dos veces, así que en cuanto vio que el pasillo estaba despejado y no había nadie en el patio, corrió y se escondió en la primera puerta que encontró, un trastero para material de oficina que está al lado de la sala de reuniones en la que os encontráis ahora. Allí se acurrucó y se puso a esperar, esperanzada porque eso significaba que el español seguía vivo y había escapado. El oír que Dürr estaba furioso y desconcertado le dio ánimos.
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Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

Es necesario que Ania cuente todo lo que sepa acerca del número y catadura de los matones de Yurr. ¿Son del país, extranjeros mercenarios de los Balcanes? ¿Competentes, o se pasan la vida borrachos?
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

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COMENTARIO

He editado algunos de los mensajes anteriores para pulir la historia y eliminar incoherencias. Falta poco para acabar la historia de Ania.

Heinrich escribió:Es necesario que Ania cuente todo lo que sepa acerca del número y catadura de los matones de Yurr. ¿Son del país, extranjeros mercenarios de los Balcanes? ¿Competentes, o se pasan la vida borrachos?
Respondo a tus preguntas en base a lo que Z. sabe, lo que ha observado, y lo que Ania puede contarle, que no es mucho, porque no tiene trato con ellos .

Son cuatro. A tres de ellos ya los conoces, pues fueron los que te secuestraron y te llevaron al castillo. Hablan inglés. Origen: ni idea, no son rumanos, por las pintas pueden ser de los Balcanes. Lo más probable es que sean albaneses, quizá de Kosovo, entrenados por los americanos pues hablan inglés con acento americano.

La historia creo que he dicho que está en el año 2004, porque Z. ha visto "28 días después", los guardias deben tener en torno a los 30 años, igual sí son veteranos de las guerras de los Balcanes.


No hace falta ser muy competente para secuestrar a gente indefensa y encerrarla. Parece que Dürr los ha contratado por su falta de escrúpulos y porque no dirán nada. No parecen muy profesionales ni valientes. Son vulgares asesinos acostumbrados a saquear, violar y asesinar y que se ganan la vida como matones. Está claro que lo suyo es matar civiles indefensos, y lo de pelear con un prisionero fugado armado y peligroso no les entusiasma lo más mínimo.

No son unos inútiles por el encuentro que tuviste con ellos, tienen el sentido común de no gastar balas tirando a ráfagas y pasaron al tiro al tiro, para mantenerte clavado con fuego de supresión.

Pero tampoco muy hábiles, porque necesitar tres intentos para colar un cohete por una ventana a cincuenta metros no dice mucho de ellos.

Por lo que cuenta Ania que le dijo Boris, estaban muy nerviosos cuando te escapaste y no sabían qué hacer, aparte de poner un par de trampas bombas y soltarte a los infectados, y lo del dinamitero fue un recurso desesperado. Ahora con Yurr al mando son un poco más agresivos pero han optado por ir a lo seguro.

Por lo que has visto por las colillas que dejaron en el pasillo y por lo que has observado por el telescopio, son indolentes, y poco disciplinados, fuman y beben estando de guardia, y seguramente se pongan a jugar a las cartas mientras esperan. Otro detalle significativo es que no llevan chalecos antibalas, aunque seguramente los tengan, porque son pesados y muy incómodos con este calor. Unos soldados que anteponen la comodidad a otras consideraciones no son buenos combatientes.


En cuanto a lealtad, Dürr tampoco debe fiarse mucho de ellos, es significativo que sea Dürr el que está apostado en el nido de ametralladora, solo, y que pueda batir con su fuego la posición de los guardias en la entrada si a estos les da por largarse. Es una conclusión razonable que los matones sólo obedecen a Dürr por el dinero que les paga y que les gusta tan poco como a ti que les disparen.

Por último parece que no hay más armas que las que tienen, y que tampoco les sobra la munición. Un AK-47 por cabeza, y se llevaron los cargadores vacíos después de ametrallar el ascensor, para rellenarlos. El RPG no sabes donde lo tienen, lo habrán guardado, en el balcón donde está Dürr con la ametralladora no está, y usarlo desde su posición en el arco de entrada es problemático por el rebufo. Tampoco es que les haga ninguna falta, con los fusiles les basta.
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:37, editado 1 vez en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

NARRACIÓN: FIN DE LA HISTORIA DE ANIA

Ania cuenta que estuvo en el trastero como media hora, calculas que en ese tiempo estabas leyendo su diario, aunque obviamente no se lo dices, antes de oír los gritos de los secuaces de Dürr en el patio y que "comenzó la guerra otra vez, con las ametralladoras, ¡ tacatacatac! ¡y luego las bombas! Tres o cuatro.Sabía que esta vez los matones disparaban contra el español, y pedía a Dios que lo protegiera. ¡Recé tanto por ti!" — te dice mirándote a los ojos.

Sientes un nudo en la garganta. Aunque tienes básicamente la espiritualidad de un ladrillo y sólo eres religioso en ocasiones, te acuerdas del dicho de guerra "No hay ateos en una trinchera". Un cínico descreído diría que la oración no es más que un recurso psicológico, pero la fe ciega e ingenua de esta muchacha resulta conmovedora. Sabes que es lo que la ha mantenido con vida, y quizá tambien a ti. Quizá no sea sólo suerte, si no intervención divina que hayas sobrevivido a tantos peligros. La emoción te embarga, le coges las manos a Ania y sólo atinas a decir.

—"Gracias. Dios no se ha olvidado de nosotros."

Entonces se calmó todo, por los gritos en el patio y el ruido de alguien que pasó corriendo por el pasillo supe que habías escapado otra vez ¡y me alegré tanto! Volví a oír el ¡ratatatata! pero muy débil, como muy lejos, y no sabía qué pasaba. Ya no podía soportar más tiempo encerrada, sentía vergüenza porque era débil y cobarde, quedándome escondida mientras que el español...que tú, estabas arriesgando tu vida, peleando solo contra todos ellos, que te iban a matar... y que tenía que hacer algo, aprovechar la oportunidad y escapar para llamar a la policía, así que salí del trastero y fui por el pasillo al ala este, a ver si podía salir por el garaje, y de allí correr hasta la entrada.

Y entonces, cuando me quedaba poco para llegar a la puerta que da al garaje, oí ruidos, se ¡abrió de golpe! ¡y salieron todos esos leprosos gritando al verme! y...y — se le quiebra la voz y se le crispa la cara al recordar el horror — ¡tuve tanto miedo al verlos! ¡y eché a correr! ¡Casi me cogen! ¡Casi me cogen!... — se cubre la cara con las manos y rompe a llorar sollozando y agitándose convulsivamente.

Te acuerdas de tu segundo encuentro con los infectados en el pasillo del sótano y el terror que sentiste y te estremeces. ¡Pobre chica! Si ya es duro para ti ver como la Muerte viene a tu encuentro, la conmoción ha sido brutal para ella. Normal que estuviera tan enloquecida y desquiciada que no comprendiera que le habías salvado la vida y estuviera tan paranoica que pensara que eras uno de los matones de Dürr . Ahora te sientes culpable por haberte enfadado con ella por dispararte y ser tan hostil. No estaba en sus cabales.

No eres muy dado al contacto físico, y te intimidan las chicas guapas, por eso no te atreves a tocarla, pero no puedes soportarla verla así, y la abrazas, acariciándola la cabeza y dándole palmaditas. Te sientes incómodo y tu incomodidad aumenta cuando ella se aferra a ti como un náufrago que se ahoga a un salvavidas, y apoya la cabeza en tu pecho sollozando. Acaricias su rubia melena y tratas de susurrarle palabras de consuelo, repitiéndolas una y otra vez como un mantra:

"Pobre chica, no llores, todo saldrá bien, no tengas miedo, te sacaré de aquí"

Estás mintiendo y lo sabes. Porque no tienes ni idea de cómo vas a hacerlo. Te has resignado a la idea de morir aquí, pero ¿qué va a ser de ella?

CONTINUARÁ
Última edición por El Analandés el 24-Oct-2016, 23:55, editado 4 veces en total.
Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

¡Está en el bote! Ahora, ya sabes, deja caer "pobre chica, tu novio te estará esperando en casa... ¿Que no tienes? Hum, ¿sabes que este podría ser tu último día en la tierra"

Dejando aparte diálogos de película yanqui de terror, pobre chica. Aunque Z. también ha pasado de las suyas, al menos ha tenido un objetivo y enemigo claro desde el principio, y lleva solo unas cuantas horas de experiencia traumática. Para esta chica, el horror se ha ido desenredando poco a poco, a través de los meses, sin que nunca se concretara ninguna de sus esperanzas... Hasta que llegó Z. No es raro que lo vea como un salvador. Alguna milonga del estilo:

"Vaya, ¿y por qué tienes tanto miedo de Yurr? ¿No has visto que con todos sus trucos no ha conseguido acabar con nosotros? Tiene armas y dinero y matones, pero está solo que nosotros dos. Antes le he visto bebiendo una copa de vino, a través de un catalejo. Bebe porque tiene miedo, miedo porque, incluso aunque no acabemos nosotros con él, ha engañado a demasiada gente y cometido demasiados crímenes como para escapar de esta. Y, escucha, tú eres muy importante. Eres la única que queda de las personas que han visto cómo este horror se desarrollaba, ¿verdad? Tú puedes contarlo, por Boris, por todos los pobres desgraciados, hasta por mí. Es tu misión. Para que este horror nunca se repita. Sería mejor si lo tuvieras por escrito..."

Previsiblemente, "ah, pero tengo un diario..."

"Perfecto. Así, aunque pasara lo peor, que no tiene por qué pasar, los investigadores acabarán sabiéndolo. Ya le has hecho más daño que yo a Yurr"

Ayudará a animarla, si se dice con el tono adecuado.

En cuanto al plan... ¿No te da la impresión de que Yurr ya está al borde de la demencia? Quiero decir, es un notas que acaba de ejecutar a varios esbirros y está bebiendo vino con una ametralladora de posición en las manos sobre una terraza de castillo oriental que domina un patio lleno de zombies que ha creado. Y está solo, eso no es mentira: ¿En quién puede confiar para guardarle las espaldas a estas alturas? Esto lo tienen que ver sus sicarios, a los que ha hecho matar a varios colaboradores y que posiblemente estén preguntándose si no sería mejor calzarle un tiro y desertar llevándose su dinero antes de que llegue la policía. ¿Sería posible dejar pasar un ratillo... y luego forzar la situación tirándole una ráfaga para ponerse a cubierto a continuación? Estoy pensando que quizás se sienta desafiado y mande a sus matones al asalto... Quizás, con suerte, provoque un motín.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

COMENTARIOS DEL NARRADOR
Heinrich escribió:¡Está en el bote! Ahora, ya sabes, deja caer "pobre chica, tu novio te estará esperando en casa... ¿Que no tienes? Hum, ¿sabes que este podría ser tu último día en la tierra"
Sí hombre, para follar estoy yo ahora. :smt018

No, en serio, aunque en condiciones normales Z. necesitaría una fregona para limpiar las babas que se le caen Imagen, al estar en modo supervivencia lo único que puede pensar es en la complicación que supone.
Aunque Z. también ha pasado de las suyas, al menos ha tenido un objetivo y enemigo claro desde el principio, y lleva solo unas cuantas horas de experiencia traumática.
Al principio te acojonas, pero cuando empiezas a matarlos, hasta le coges gusto y todo. Z. experimenta una montaña rusa de subidones de adrenalina y euforia al salir vivo con bajones depresivos al ser consciente de que no tiene ni una puta oportunidad. Sólo es un turista.
Para esta chica, el horror se ha ido desenredando poco a poco, a través de los meses, sin que nunca se concretara ninguna de sus esperanzas...
Muy bien observado. Pasar meses en esa angustiosa incertidumbre y tensión psicológica es peor que una experiencia mucho más traumática pero más breve, como la del secuestro de Z. y posterior fuga.
Hasta que llegó Z. No es raro que lo vea como un salvador.
Bueno, en las películas lo típico es que la chica se echa en brazos de su salvador. He tratado de dar una reacción psicológica creíble y realista. Aquí hay una desconexión entre las esperanzas que Ania había puesto en "el español", y luego le ha costado bastante salir de la enajenación en la que se encontraba (pegándole tiros a Z. porque es incapaz de pararse a pensar) y reconciliar la idea que se ha hecho en su mente, con la de conocer a Z. en persona, y comprender que son la misma persona. Ya ves la decepción cuando se da cuenta de que no eres un policía ni nada por el estilo. Sólo un tipo normal. Además de las pintas, el no haberse afeitado en una semana tampoco ayuda, ¡al menos te has duchado! :smt003

En cuanto al colapso nervioso, totalmente lógico. Lo más triste de todo es que a esta pobre chica nadie le ha dado un abrazo ni tratado con amabilidad en meses.

Lo del valor de Ania como testigo es algo obvio, pero hay un problema, Z. no piensa como un ciudadano ejemplar deseoso de ayudar a la justicia, si no como un tipo que sabe que va a tener problemas muy gordos con la ley y quiere pirarse para que no le caiga el marrón. Que a ver cómo le cuentas al juez que mataste a cien personas "en defensa propia".

En cuanto al plan... ¿No te da la impresión de que Yurr ya está al borde de la demencia?
Que es un friki jamao está claro desde el principio. Que la tensión psicológica también le afecta es evidente. Ha tenido que cargarse a sus compinches de la empresa, y estaba ahora en la fase de ocultación de pruebas antes de desaparecer. Que un prisionero se le escape y le amargue el último día "en el trabajo", es suficiente para que esté desquiciado. Aparte de que aún no se le ha pasado el susto cuando le disparaste con su propia metralleta.
¿Sería posible dejar pasar un ratillo... y luego forzar la situación tirándole una ráfaga para ponerse a cubierto a continuación?
Lamentablemente has perdido una oportunidad magnífica, ahora si te asomas y le disparas, lo más probable es que falles, y que luego te frían a tiros. No te queda munición para gastarla en tiros para molestar.

Esperar es una buena opción. Igual hasta la caída de la noche. No hay focos en el patio y no parece que tengan equipos de visión nocturna.


Hay otra opción que tú mismo has mencionado. He tenido que corregir el texto porque se me pasó por alto. Dürr , a su pervertida y malsana manera, está encoñado con Ania y evitará matarla. La chica te puede servir como rehén, escudo humano, o señuelo. :smt028

Todavía se pueden tirar horas hablando para matar el tiempo y que los malos se cansen, y como me divierto escribiendo, aún puedo seguir con Ania contando más cosas de ella. Espero que a los lectores les agrade. De matazombis en un dungeon hemos pasado a una "aventura conversacional" ¡juas juas! :smt042

Después de la parte dramática, pasaremos a la parte técnica de explorar las posibilidades que tiene Z. para su plan de ataque o de evasión, que tanto da. A mí ya se me han ocurrido varios planes, a cual más descabellado. Luego os los propongo para que tú, o cualquier otro, los examinen y miren cuál es más factible.
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Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

El Analandés escribió:Lo del valor de Ania como testigo es algo obvio, pero hay un problema, Z. no piensa como un ciudadano ejemplar deseoso de ayudar a la justicia, si no como un tipo que sabe que va a tener problemas muy gordos con la ley y quiere pirarse para que no le caiga el marrón. Que a ver cómo le cuentas al juez que mataste a cien personas "en defensa propia".

Ah, no digo que Z. tenga ganas de declarar ante la policía (aunque igual merece la pena arriesgarse a un juicio para "poder contarla"), digo que podría ser un discursito para animar a la polaca.

El Analandés escribió:Hay otra opción que tú mismo has mencionado. He tenido que corregir el texto porque se me pasó por alto. Yurr, a su pervertida y malsana manera, está encoñado con Ania y evitará matarla. La chica te puede servir como rehén, escudo humano, o señuelo. :smt028
"Yurr, te cambio a tu novia virginal por mi libertad Y el número 13 de Owl & Weasel".
El Analandés escribió:Después de la parte dramática, pasaremos a la parte técnica de explorar las posibilidades que tiene Z. para su plan de ataque o de evasión, que tanto da. A mí ya se me han ocurrido varios planes, a cual más descabellado. Luego os los propongo para que tú, o cualquier otro, los examinen y miren cuál es más factible.
:smt027
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

NARRACIÓN

Cuando se tranquiliza un poco, te levantas y rebuscas en el escritorio. Encuentras papel, regla y bolígrafo, bosquejas un croquis del castillo y para que esté ocupada le indicas que sobre el plano del castillo te marque las entradas y salidas y las habitaciones del ala este, y cuánta gente hay en el castillo. Dejas a Ania en la sala, le dices que bajo ningún concepto se asome, pues no quieres que vea todavía los muertos, y sales a investigar. Coges el telescopio con su trípode y vuelves a examinar las posiciones del enemigo. Dürr se ha retirado a la sombra, fuera del balcón, pero ves que está ahí y puede alcanzar la ametralladora de un salto. Los guardias como esperabas, están jugando a las cartas sobre una mesita que habrán sacado del recibidor mientras uno vigila.

Te llevas el telescopio hasta la esquina del pasillo este, y examinas la puerta del garaje de donde salieron los infectados. Es de chapa y está cerrada.

Antes viste a Dürr meter su coche en el garaje, y no había infestados dentro, por lo que deduces que debieron salir del ala sur. Te acuerdas que allí dejaste atrás una puerta cerrada con candado tras la que se oían ruidos. Uno de los hombres de Dürr debió soltar a los prisioneros, que bajaron por la torre sureste y otro de los matones debió abrir las puertas del garaje para que lo atravesaran, para cerrarlo después de que pasaran.

Las dos posiciones enemigas se cubren mutuamente. El avance por la galería de la planta baja del ala este parece que ofrece más posibilidades. Desde su balcón Dürr no te puede ver ni oír, si no haces ruido. Hasta la mitad del camino, el recinto de la alambrada con los prisioneros y las cabinas, son un obstáculo para la visión de los guardias de la puerta. Desde el balcón de Dürr tampoco te ve en la galería norte porque los toldos sobre el cercado le bloquean la visión. Si llegas hasta el garaje, la persiana metálica del garaje está cerrada, por lo que tampoco pueden verte los guardias de la puerta. Si pudieras abrir la puerta de acceso al garaje podrías flanquearlos.

Crees que el garaje debe tener unas cuatro plazas: el deportivo clásico de Yurr, el coche negro antiguo en el que te secuestraron, una furgoneta para los recados, y el camión en el que traían a los prisioneros.

Eso deja un tramo de unos diez o quince metros de pasillo por el que te pueden ver a través de las ventanas y la puerta acristalada, aunque podrías pasar agachado. De hecho, dada la distancia y el desplazamiento del sol, a medida que avance la tarde el reflejo del sol en las ventanas les impedirá verte. Ahora mismo el pasillo está en la sombra porque el sol está alto, por lo que si no te acercas a la ventana y te quedas pegado a las paredes es difícil que te vean.

Vuelves con Ania para comparar notas y trazar un plano detallado.
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:40, editado 4 veces en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

MAPA

Imagen

El mapa es autoexplicativo. Los recuadros azules son los ascensores. Las estrellas rojas la posición aproximada de las victorias de Z. sobre grupos numerosos de infectados, en distintos pisos.
Las flechas rojas indican que la escalera sube desde los sótanos y muestran la dirección de
avance de Z.

El ala sur era la primera en la que estuvimos, después de salir del sótano y resultaba extraña porque no había ventanas en la planta baja (en realidad primera), y había un pasillo largo con escaleras de subida y bajada en ambos extremos, que cobra sentido, es la planta entera que pasa por encima del arco de la entrada al castillo. En esos largos pasillos derrotaste a dos grupos grandes de infestados. Los que bajaron por la escalera y los que se comían un perro abajo y provocaste para que subieran al pasillo de la planta dos.
La planta primera estaba dividida en dos, y como no había salida en ese nivel pasaste a la planta tercera, allí te atacó la jauría de perros. Luego ascendiste por la torre del reloj.

ALTERNATIVAS DE MOVIMIENTO

Las líneas moradas señalan el trazado del pasillo en la planta baja, en la que te encuentras ahora, con ventanas al patio. En el ala sur el pasillo es interior, con habitaciones a ambos lados y terminan en recibidores a ambos lados del arco de entrada del castillo. El pasillo es ininterrumpido y no tiene puertas, salvo por el ala este, que hay que atravesar el garaje.

Las puertas de las escaleras de las torres están cerradas con llave, aunque la llave es común para todas las puertas de una torre.

Sólo tienes la llave de la torre NO, que le dio Boris a Ana. Por tanto puedes subir a los pisos del ala Norte, o coger el ascensor. Pero no puedes subir la escalera de la torre NE y llegar al primer piso donde está Yurr. Sólo podrías ir por el pasillo y tomar el ascensor, pero sin duda Yurr lo habrá bloqueado en el primer piso.

Puedes volver sobre tus pasos y ascender por las escaleras a los pisos altos del ala Oeste, pero no te lleva a ninguna parte porque la torre SO, la del reloj, está bloqueada por los escombros de la explosión y además no tienes la llave.

Por tanto sólo puedes avanzar por el pasillo de la planta baja o atravesando el patio.

Puedes subir a los pisos superiores del ala norte, nadie te lo impide, pero lo de andar por los tejados está descartado. Tampoco es que vayas a conseguir nada con ello por estar más alto. Los guardias de la entrada están lejos para tu metralleta. Recuerda que apenas sabes disparar. Sí tendrías la ventaja de dispararle desde arriba a Dürr , pero no está tan expuesto, no está asomado al balcón, y la ametralladora está montada en un trípode antiaéreo. Está montada para disparar hacia abajo, pero igualmente puede tirar hacia arriba.

Por eso, como cruzar el patio es suicida, al menos en este momento tienes dos opciones para avanzar.

Dos cosas importantes:

Ruta Oeste:

El almacén del ala Oeste está en la planta baja. Es un almacén de herramientas y material de jardinería, pintura y limpieza. Hay una salida aquí. Hay un túnel de escape secreto que Dürr construyó para huir del castillo en caso de una redada de la policía. La puerta tiene una cerradura electrónica que se abre con una tarjeta magnética. Ania robó la tarjeta del despacho de Dürr mientras limpiaba y escapó por ahí en su intento de fuga. Desgraciadamente, sin explosivos no hay posibilidad de forzar la puerta. Pero quizá encuentres algo de utilidad en el almacén, aunque ir hasta allá es expuesto. Puedes pasar sin ser visto, pero tienes que ir agachado para que no te vean por las ventanas.

Ruta Este:

En tu mochila tienes un juego de llaves de un coche, que encontraste en una caja fuerte en la sala de juegos del ala sur. El secretario de Dürr , Watson, las escondió allí o por lo menos sabía que estaban guardadas allí y tenía la llave de la caja .

Ni idea si son del deportivo Dürr o del coche negro antiguo en el que te secuestraron, que crees era una antigua limosina soviética, un ZIL. Pero también tiene otras dos llaves que deben ser de las puertas de acceso al garaje. Ir hasta el garaje es menos arriesgado y más corto. Podrías atravesar el garaje para tomar por el flanco a los hombres de Yurr pero sería muy arriesgado porque son más, pueden defender el pasillo sin esfuerzo y Yurr podría bajar y cogerte entre dos fuegos.

Abrir la persiana del garaje es también estúpido e inútil. Pero en el garaje seguramente haya herramientas y combustible.
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:41, editado 1 vez en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

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OTROS DATOS DE INTERÉS

Moradores del castillo:

ALA SUR
Antes área recreativa, convertida en prisión de infectados y perrera.

Los guardias están por turnos, uno observando desde el arco, los otros en el vestíbulo, pasan jugando a las cartas y bebiendo. No crees que se emborrachen.

ALA OESTE
El dormitorio de Dürr , las habitaciones de las criadas (Ioanna y Ania), y las de Gregor y Boris estaban Dürr en el piso más alto, y los demás por debajo.

ALA NORTE
Habitaciones de la señora Danvers , su "oficina" en los pisos altos. En la planta baja la oficina en la que te encuentras y el despacho privado de Dürr Nada más de interés o utilidad, aparte de los cuartos de baño en los que puedes obtener agua.

ALA ESTE

Dürr se encuentra en el primer piso, el balcón que da al comedor. No está expuesto en la terraza, si no que se refugia en el umbral de la ventana, donde no le da el sol y aún sigue teniendo arco de visión. Por supuesto no ve ni oye nada de lo que pase por debajo suyo, pero para eso vigilan los guardias desde el otro lado del patio.

Cocina y garaje en la planta baja. Salón comedor en el primer piso, encima de la cocina. Habitaciones del cocinero y pinches (que ya se marcharon)en el segundo piso. En los pisos altos habitaciones de los científicos de Dürr , que son cuatro. No juegan ningún papel porque se limitan a quedarse encerrados en sus habitaciones esperando a que los tiros acaben. No tienen armas ni ningún deseo de luchar.

Aparte del garaje, seguramente encuentres provisiones en la cocina, la verdad es que tienes hambre y comer algo te vendría bien.

Puedes seguir charlando con Ania y que te cuente más de su vida, o contarle tus hazañas. Puedes dejar pasar el tiempo para que Dürr y sus hombres acaban aburridos, cansados y algo bebidos. No hay ninguna prisa. Y siempre puedes esperar a la caída de la noche, pero también es arriesgado quedarse mano sobre mano tantas horas, unas seis o siete. Puede que Dürr acabe por impacientarse y decida pasar al ataque, y acorralado como estás tampoco puedes resistir, te superan en número y potencia de fuego.
Última edición por El Analandés el 13-Sep-2016, 17:42, editado 1 vez en total.
Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

¿Y el almacén del ala oeste no tiene ningún tipo de ventana? Si entiendo bien, estaría en una planta baja, a la que habría que sumar la altura del foso, pero es posible que allí haya cuerdas. Creo que procede ir primero allí, pues. Aunque ese plan resultara impracticable, puede que haya materiales útiles para improvisar algo.
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