Eclipse del Kai

Lobo Solitario y todo lo relacionado con Magnamund tiene cabida aquí. Desde las heladas tierras de Kalte hasta las ardientes arenas de Vassagonia. Desde las Tierras Oscuras hasta el Daziarn.
Jolan

Mensaje por Jolan »

modelitos escribió:Las dragonlance son divertidas (las crónicas, por supuesto) y el segundo libro está entre mis favoritos (la caída de Sturm es épica hasta decir basta). Demás cosas de Dragonlance no he leído, aunque hace unos meses me pillé en la biblio un libro de Douglas Niles llamado El Mensajero que me gustó bastante. A ver si pillo el resto de la trilogía.
Sí, las Crónicas estaban muy bien (aunque hace siglos que las leí... igual una relectura hoy día me dejaría otro sabor de boca). Y, como dije, tb las Leyendas. El resto... pfff. Aunque ese que mencionas, modelitos, es de los títulos más recientes que se han debido publicar (sí, de esos que cierta editorial se dedica a publicar masivamente, dejando de lado ciertas colecciones de librojuegos :smt002 ) Yo creo que sólo por esto último le he cogido algo de manía a la Dragonlance, jeje. Pero oye, igual están volviendo a publicar cosas interesantes, que, como no he leído, no voy a criticar. (por cierto, ese Douglas Niles que mencionas fue también un prolífico escritor de librojuegos; si mal no recuerdo, la mayoría de las series D&D y AD&D)
modelitos escribió: Y novelas cutres hay de todos los colores, hasta de la serie de Buffy Cazavampiros... para potar.
Sí. Y por lo visto, también hay una colección de comics sobre Buffy, que al parecer a la gente le encantan. Yo es que de Buffy lo único que conozco es a Sarah Michelle Gellar :smt003
Jolan

Mensaje por Jolan »

Continúo donde me había quedado, hasta el final del capítulo:

"En el sexto cumpleaños de Landar, éste convenció a Jen para que le llevara a pescar a las orillas del Río Tor. El día estaba radiante; el cielo de un azul casi intenso. El hermano mayor recogió piedras de la orilla y las lanzó a ras de las perezosas aguas oscuras, jaleándolas mientras botaban y atravesaban la superficie, dejando a cada toque un círculo de ondas en expansión que se desvanecía lentamente según se desplazaba río abajo.

Landar chapoteaba por el barro hasta que estuvo a sólo un recodo del río de donde se encontraba Jen. Sin hacer caso de su túnica limpia, se tiró de panza y escudriñó la parte superficial. Podía ver un pequeño pez plateado zigzagueando con impaciencia aquí y allá, pero también había una presencia inmóvil y oculta – una trucha o un salmón de un tamaño prodigioso.

El chico cogió aire. Si pudiera capturar al pez, tendrían una deliciosa cena esa noche – una cena apropiada para celebrar la ocasión de su cumpleaños. Sumergió su flaco brazo en el interior de las frías y agitadas aguas.

Movió su mano lentamente, tan pausadamente que incluso el pececillo no se sintió asustado por ello. Sentía su pequeño cuerpo chocando contra su antebrazo. A parte del brazo, su cuerpo entero permanecía inmóvil, pero no rígido. Se imaginó a sí mismo como una planta que crecía en el río, e intentó ocupar su mente con esta idea. Lentamente, muy lentamente dejó que su mano se hundiera a la deriva hacia donde palpitaba la gran silueta oscura.

Una pequeña nube cubrió el sol, y Landar se apresuró instintivamente cuando la luz decayó. Su brusco movimiento alarmó al enorme pez y, con unos pocos coletazos eficientes, se alejó.

Landar no podía creer su malísima suerte. Empleó una palabra que había escuchado jugando con sus amigos pero que tenía la sensación, con bastante seguridad, de que su madre le habría prohibido pronunciar. Se puso en pie y, después de comprobar que Jen estaba fuera del alcance del oído, la utilizó de nuevo.

Sin embargo, era un día perfecto y su enfado pronto se esfumó. Cogió una ramita, la lanzó a la corriente, y se quedó mirando cómo descendía inexorablemente hacia el mar. Sonrió. Con pescado o sin él para cenar, la vida era agradable y se sentía feliz de formar parte de ella.

Se preguntó dónde estaba Jen, y emprendió el regreso a lo largo de la orilla. El barro era profundo y, por momentos, se hundía en él casi hasta las rodillas. Cuando era posible, usaba troncos caídos y pasaderas. Era un buen plan, hasta que uno de los troncos se movió bajo sus pies.

Se dio cuenta con horror de que acababa de pisar sobre el lomo de un storgh dormido. La bestia estaba cubierta por escamas similares a una áspera corteza y la cola era dentada como una espada ancha. No tenía ojos – su cabeza era una máscara sin expresión – pero sus grandes orificios nasales localizaron con precisión al intruso. Abrió sus enormes fauces y dio una dentellada en la dirección en la que se encontraban las piernas de Landar.

‘¡Jen!’ chilló.

No hubo respuesta a su grito, y se dio cuenta de que el alarido sólo había tenido lugar en su mente.

Sin embargo, Jen apareció por el recodo del río, agitando un trozo de madera fangosa que evidentemente acababa de agarrar del fondo.

‘¡Socorro!’ gritó Landar, y esta vez supo que sí había chillado bien alto.
El storgh emitió un ruido similar a una risa socarrona. Pareció como si un ser humano se carcajease ante un chiste bien contado. En una taberna, el sonido habría pasado por reconfortante y tranquilizador. Viniendo de los correosos labios de este poderoso carnívoro, fue el sonido más terrorífico que Landar había escuchado nunca. Saltó hacia atrás sumergiéndose en el barro mientras la bestia balanceaba su pesada cola.

El storgh era demasiado rápido para él. Éste se apoyó firmemente contra el fondo y comenzó a avanzar, forzándole hacia el agua. Sus orejas se encresparon – un claro signo de que estaba buscando alimento.

Jen se aproximaba tan rápido como podía, gritando palabras entrecortadas sin sentido en un intento de asustar a la criatura. Sin embargo, su pierna lisiada y el viscoso lodo contribuían a hacer más lentos sus progresos.

Landar retrocedió ante el siseante ataque del storgh. Se encontró a si mismo con el agua por encima de la altura de los tobillos; después por encima de las pantorrillas. Sabía que no podía retroceder mucho más. Los storghs son rápidos en tierra, pero aun lo son más en el agua.

‘¡Jen! ¡Socorro! ¡Por favor!’

El chico mayor se interpuso y cayó sobre el storgh. Se volvió para mirar a Landar cuando los grandes dientes de la bestia se afianzaron sobre su hombro, y con asombrosa calma, dijo: ‘Vete, Landar. Corre hacia casa’.

Landar cogió la rama que Jen había estado blandiendo y golpeó fútilmente contra el escamoso lomo del storgh. La criatura no le prestó atención, sino que empezó a devorar impasiblemente al hermano mayor del chico.

Los gritos iban a resonar en los oídos de Landar para el resto de su vida. El niño que siempre había estado riendo por las polvorientas calles de Dage, raramente volvería a esbozar una sonrisa.

Como le habían dicho, Landar corrió de vuelta a casa. Aporreó la puerta de madera de la casa hasta que su madre salió precipitadamente a abrirla. Oyó su confuso relato sólo el tiempo suficiente para reconocer que había perdido a su hijo mayor. El pueblo entero escuchó su afligido lamento.

Landar sentía un abrumador sentimiento de culpa, aunque no podía identificar su origen. Quería consolar a su madre, pero no sabía cómo hacerlo. Quería devolverle la vida a Jen pero, obviamente, esto era imposible. Quería… quería ser algo más de lo que era.

Y así fue. Casi exactamente un año después, los Señores del Kai le seleccionaron para convertirse en estudiante de su Monasterio. Desde el momento en el que llegó, fue bautizado como una persona distinta. Descartó el nombre de Landar y pasó a ser conocido como Lobo Silencioso. Al mismo tiempo – aunque los Señores del Kai no tuvieron constancia o intención alguna de ello – se olvidó de lo que aun le quedaba de su auténtico sentido del humor y de toda diversión.
Rechazó la mayoría de las cosas que le habían enseñado. Aquí y allá, a lo largo del camino, fue aprendiendo rudimentos de cosas sabias. Pero cuando el viejo Halcón de la Tormenta parloteaba incansable sobre el origen del Universo, él se quedaba como si no le motivara ni la parodia de una risa sofocada; su boca se plegaba en un rictus que era la verdadera antítesis de la hilaridad. En los ratos de descanso, se sentaba a leer libros mientras los demás niños corrían por todas partes, jugando. Durante las noches permanecía despierto recordando el contundente mordisco ruidoso que producían los dientes del storgh sobre su desfallecido hermano mayor. A veces pensaba en su madre, pero no muy a menudo: en lo que le concernía, ella sólo había sido alguien importante en su borroso y distante pasado.

Su papel – decidió – en el severo ambiente del monasterio, consistía en ser un superviviente.

De modo que sobrevivió."


¡Pobre... pobre Jen! ¿Acaso no está, por tanto, justificado el miedo al agua de LS? :smt003
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taleco
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Mensaje por taleco »

realmente este estracto es muy interesante,gracias jolan.
me quedo con dos detalles,se trata de cuando landar quiere coger el pez y para ello intenta imaginarse como un arbol en el rio y cuando intenta gritar y unicamente grita en el interior de su cabeza.
joe dever,nos comento en la entrevista que los monjes kai eran seleccionados por sus cualidades innatas y eso es lo que veo yo aqui.
al querer ser como un arbol para cazar el pez,estaria usando (sin ser consciente)sus dotes innatas y sin desarrollar de caza y camuflaje y al intentar gritar y tan solo hacerlo en su interior...¿defensa psiquica?

la muerte del hermano,devorado por un monstruo delante mismo de landar,es dramatica y forzosamente tiene que generar algun tipo de trauma.
lo cierto,cada vez veo mas a lobo-solitario como una persona triste y solitaria.
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Jolan

Mensaje por Jolan »

taleco escribió:me quedo con dos detalles,se trata de cuando landar quiere coger el pez y para ello intenta imaginarse como un arbol en el rio y cuando intenta gritar y unicamente grita en el interior de su cabeza.
joe dever,nos comento en la entrevista que los monjes kai eran seleccionados por sus cualidades innatas y eso es lo que veo yo aqui.
al querer ser como un arbol para cazar el pez,estaria usando (sin ser consciente)sus dotes innatas y sin desarrollar de caza y camuflaje y al intentar gritar y tan solo hacerlo en su interior...¿defensa psiquica?
Buena observación, taleco. Yo también supuse que la finalidad de esas situaciones en este pasaje era demostrar las habilidades latentes de LS.
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Mensaje por Invitado »

"Lobo Silencioso lanzó el hacha con precisión. Ésta giró por el aire y se alojó en el macizo poste de roble del otro equipo. Sus compañeros de equipo aplaudieron.

Las lecciones formales habían sido canceladas ese día. Los chicos y chicas del monasterio estaban jugando al greel. Era un juego peligroso y a duras penas consentido por sus tutores del Kai. Había tres equipos jugando en un espacio triangular. Se lanzaba el hacha de un jugador a otro en un intento de evitar que cayera en las manos de los equipos contrarios, que hacían lo que podían para interceptarla. Anotaban un punto cada vez que el hacha se empotraba en uno de los tres postes de madera. Se requerían rápidos reflejos y una gran dosis de temeridad, pero rara vez alguien resultaba herido.

El momento de gloria de Lobo Silencioso fue efímero. Halcón de la Tormenta, que había estado observando el juego con una mezcla de desaprobación e inquietud, le llamó repentinamente por su nombre.

El joven miró con enojo desde el campo a su anciano tutor.

‘Lobo Silencioso’, gritó de nuevo Halcón de la Tormenta. ‘Ven aquí, chico’. Le avisaba con gestos de urgencia. Un mensajero que acababa de llegar, se marchaba deprisa en ese momento.

Lobo Silencioso obedeció la orden a regañadientes. Se encogió de hombros ante sus compañeros de equipo, que le miraron con consternación. Aunque Lobo Silencioso era descuidado en sus estudios del Kai en general, su habilidad con el hacha era bien conocida y su salida del equipo probablemente derivaría en una derrota del mismo.

Halcón de la Tormenta contempló pensativo al chico mientras apartaba de un manotazo a un molesto mosquito. El viejo iba vestido con su traje marcial al completo – un yelmo verde con un brillante emblema dorado de un roble sobre él, un manto de terciopelo rojo, una túnica verde de algodón con jaretas de filigrana dorada, una robusta cota de tiras superpuestas de cuero y botas confeccionadas con pieles sin tratar de animal. Llevaba su escudo de batalla y la espada en su cinto. Aunque era de avanzada edad, presentaba una visión imponente – y que habría infundido terror en el alma de cualquier enemigo.

‘Muchacho’ , dijo el guerrero, ‘cuando Kai e Ishir en su sabiduría te enviaron a este monasterio, no podían saber la pesada carga que estaban poniendo sobre los hombros de este anciano’.

Lobo Silencioso se dispuso a aguantar uno de los acostumbrados sermones sobre sus ausencias a las clases, la falta de diligencia…

Pero el viejo estaba sonriendo. ‘La única disciplina que pareces estar interesado en adquirir es la Maestría con las Armas. Bien, no importa, el resto irán llegando a medida que crezcas y quizás te vuelvas un poco más listo. De momento, quiero poner tu Maestría con las Armas a buen servicio para que me ayudes’.

Lobo Silencioso comenzó a sentirse interesado. Jugar al greel era excitante y divertido, pero él siempre había anhelado un pretexto para dedicar sus aptitudes con el hacha a un propósito más legítimo.

‘Ven conmigo y te explicaré’ dijo Halcón de la Tormenta, y rechazó seguir hablando hasta que ambos estuvieran sentados en la cámara del anciano."
Jolan

Mensaje por Jolan »

El invitado era yo (creía que estaba logueado). Sólo comentar que no estoy siguiendo un orden estricto de traducción. Como no pretendo, al menos de momento, traducir el libro entero, sino poneros algunos pasajes especialmente interesantes o curiosos, pues que sepais que no he empezado desde la página 1 y he seguido en adelante página tras página.

El capítulo con el que empecé, el de Vonotar, es más largo y prolonga la disputa de éste con la Hermandad. Y entre el de la infancia de LS y el último trozo que he puesto, hay un capítulo entero en el que hace su aparición (bastante extraña) Alyss, y también se narra cómo Vonotar planea su huída hacia las Darklands, después de asesinar a un hermano de la Orden (y amigo) que había descubierto sus intenciones e iba a delatarle.
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taleco
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Mensaje por taleco »

en fin,parece que por ser tan diestro con el hacha,le terminaron haciendo leñador del monasterio. :smt003
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Parsion
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Mensaje por Parsion »

La verdad es que reconozco que no cae muy bien este Lobo Silencioso, parece como que va de "chico rebelde", que le molesta que hasta su tutor lo llame a medio partido de "voley-hacha-vol". ¿no os parece? Es como si usara a los monjes kai y al monasterio como mecanismo de defensa, a modo de proyección para evitar el trauma de la muerte de su hermano, no es una buena actitud, ni un método adaptativo para superar el estrés postraumático que debe sufrir. No debe tener muchos amigos en el monasterio ni creo que sea el chico más popular, ni que gane el premio al rey del baile de fin de fin de curso (porque al parecer hay mujeres también en el kai) :smt003 :smt003
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JDKaos
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Mensaje por JDKaos »

Que curioso resulta todo, a mi la imagen que dan de LS en el 2 no me gusta, sin embargo la que dan en esta novela si, mas que nada porque me lo imaginaba asi, o sea un tio rebelde, despitados, que no presta atencion, que va a su bola y que oculta algo en su interior, vamos que si hubiera nacido en otra parte, fijo que hubiera sido Señor de la Oscuridad, mmm da que pensar...
:smt003 :smt005 :smt003 :smt005 :smt003
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Mensaje por Invitado »

Yo creo que la destrucción del monasterio y consecuente masacre del Kai suponen un punto de inflexión más en la vida de LS: el que le hace abandonar esa actitud rebelde, poco disciplinada, a veces pueril, para asi pasar a asumir la responsabilidad de ser el único Señor del Kai vivo.

De todos modos, ya se sabía por los propios librojuegos que Lobo Silencioso no era buen estudiante y era bastante díscolo. Al fin y al cabo, fue esa actitud continuada la que le salvó la vida cuando cayó el monasterio.
Jolan

Mensaje por Jolan »

Parsion escribió: Es como si usara a los monjes kai y al monasterio como mecanismo de defensa, a modo de proyección para evitar el trauma de la muerte de su hermano, no es una buena actitud, ni un método adaptativo para superar el estrés postraumático que debe sufrir. No debe tener muchos amigos en el monasterio
Lo dice nuestro particular Freud de Magnamund, asi que que habrá que dar credibilidad a esas palabras... :smt003

Ahora en serio, yo creo que en esta etapa LS está contra todo y contra todos, incluso consigo mismo, supongo que debido a sus traumas de infancia. También puede ser simplemente que le afecte el pavo de los 15 años :smt001 De todos modos, es curioso que ya desde niño quisiera ser alguien, y sin embargo cuando le dan la oportunidad de convertirse en nada menos que un señor del Kai, parece que estuviera a disgusto en el monasterio.
Fantasma Grunweazel

Mensaje por Fantasma Grunweazel »

Jolan escribió: De todos modos, es curioso que ya desde niño quisiera ser alguien, y sin embargo cuando le dan la oportunidad de convertirse en nada menos que un señor del Kai, parece que estuviera a disgusto en el monasterio.
Es lo que tiene ser un "elegido", nunca se sabe lo que quieren cuando en realidad no importa lo que quiera, ya han elegido por él...
Parsion
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Mensaje por Parsion »

Jolan escribió: Ahora en serio, yo creo que en esta etapa LS está contra todo y contra todos, incluso consigo mismo, supongo que debido a sus traumas de infancia. También puede ser simplemente que le afecte el pavo de los 15 años :smt001 De todos modos, es curioso que ya desde niño quisiera ser alguien, y sin embargo cuando le dan la oportunidad de convertirse en nada menos que un señor del Kai, parece que estuviera a disgusto en el monasterio.
Así pienso yo también, aunque no creo que afecte el "pavo de los 15 años", porque la adolescencia como la entendemos ahora es una idea bastante reciente, del siglo XX, antes no existía como período de la vida, se pasaba de ser un niño que se dedica a jugar a ser un hombre que se dedica a trabajar.

A LS lo interpreto como que está pasando por un mal trago y de los gordos, aun así aunque tenga momentos en que me pueda caer un poco mal por irreverente, me encanta las novelas y como lo hacen Grant y Dever, sacan ellado humano de un gran héroe, sus defectos y fallos, que lo hacen mucho más creible que la típica historia del "caballero-perfecto-sir-Lancelot-Brad-Pitt-en-Troya"
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phillix
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Mensaje por phillix »

No sabía que había mujeres en el monasterio. Por otra parte, quizá lo que el anciano le dice a Lobo Silencioso al llegar a su cuarto, es que ahora será el encargado de ir por leña... jajajaja
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Jolan

Mensaje por Jolan »

phillix escribió:No sabía que había mujeres en el monasterio.
Lo de las mujeres a todos nos ha dejado algo sorprendidos. No ha sido noticia confirmada hasta la aparición del juego de rol y, ahora, con las novelas. Porque lo que es en los librojuegos... :smt017
phillix escribió: Por otra parte, quizá lo que el anciano le dice a Lobo Silencioso al llegar a su cuarto, es que ahora será el encargado de ir por leña... jajajaja
:smt039 No van por ahi los tiros. Si el finde saco un ratito, os pongo lo que le pide Halcón a Lobo en su estudio. (y no penseis mal, que os conozco! :smt005 )
Jolan

Mensaje por Jolan »

" La habitación estaba llena de objetos extraños que Lobo Silencioso era incapaz de identificar. Algunos eran de vistosos colores y tan brillantes como si las sustancias de las que estaban compuestos se encendieran espontáneamente. Otros eran de matices tenues, y claramente muy antiguos. A lo largo del frontal del escritorio de Halcón de la Tormenta yacía una esmerada hilera de pequeñas calaveras. Lobo Silencioso reconoció algunas de éstas, pero la mayoría provenían de animales que él nunca había visto. En un extremo de la hilera había un cráneo que juraría que era humano…

El viejo guerrero vio la mirada fija de Lobo Silencioso, medio asqueada, medio fascinada, e indicó con la cabeza. ‘Mi predecesor’, gruñó. ‘En su testamento no me dejó nada salvo su cabeza, que dijo que me daría mejores consejos que cualquier persona viva. Y, ¿sabes qué?, creo que tenía razón.’

Palmeó la calavera con sus nudillos y sonó hueco. ‘Un cráneo vacío, chico, aunque a veces pienso que posee más cerebro dentro que el tuyo y mío juntos. Siempre que tengo un problema que no puedo resolver, me siento y miró a sus ojos y, más pronto o más tarde, me dice cuál es la solución. Fíjate, tengo que escuchar con mucha atención, porque su voz es muy silenciosa.’

Indicó con un gesto a Lobo Silencioso una silla tosca y recta, y él se sentó en una apenas mas lujosa tras su escritorio.

‘Lo que me lleva,’ dijo ‘al motivo por el que te he pedido que me ayudes.’

‘Sí, señor,’ dijo Lobo Silencioso inclinándose hacia delante impaciente.

‘Hace una hora le estaba preguntando a mi viejo amigo’ – señaló a la calavera – ‘sobre una pequeña dificultad ante la que me enfrento. Hemos recibido informes de que hay grupos de exploración de Giaks de las Montañas infiltrándose en Sommerlund. Los informes sólo llegan de las granjas de las estribaciones de las Montañas Durncrag, pero a menos que rechacemos a estas… estas criaturas tan pronto como sea posible, se volverán más y más osados en sus incursiones.’

Lobo Silencioso se sintió ligeramente mareado. En las clases le habían contado muchas cosas sobre los Giaks. Esclavos criados por los Señores de la Oscuridad, eran pequeños y rechonchos, y más virulentos de lo que cualquier humano podría ser. Había visto ilustraciones de los más despiadados de todos ellos, los Giaks de las Montañas, que dominaban a las otras castas con fría crueldad. Tenían ojos y colmillos amarillentos, y su piel era de un tono gris putrefacto. Un batallón de Giaks, dirigidos por un Gourgaz – una de las reptilianas criaturas inteligentes del Pantano de Maaken de Magnamund Oriental – representaba un adversario formidable, incluso para un gran ejército de Sommerlundeses.

Halcón de la Tormenta leyó los pensamientos que se plasmaban a lo largo del rostro de Lobo Silencioso. ‘No, no,’ dijo. ‘No voy a pedirte que vayas a luchar contra los Giaks. Aun eres demasiado joven para eso.’ El anciano miró por la ventana, donde el sol estaba bajo en el cielo. Los días todavía eran cortos, aun cuando la primavera quedaba cerca, y el aire frío pellizcaba la punta de la nariz y producía un hormigueo en los lóbulos de las orejas. La respiración de ambos exhalaba vaho mientras hablaban.

‘Como te decía, debemos repeler a los Giaks’ apuntó Halcón de la Tormenta, ausente. ‘Sin embargo, antes de que podamos enviar un ejército contra ellos debemos determinar dónde se encuentran y hasta qué punto se han hecho fuertes. Para ello necesitamos una misión de espionaje. Eres indisciplinado en tus estudios, pero cuentas con algunas cualidades que admiro. Una de ellas es el valor, muchacho, y otra es tu habilidad con las armas. Participar en una misión de este tipo puede convencerte de que existen más cosas en la senda del Kai que el valor y la fuerza bruta.’

‘¿Quién más estará en esta misión?’ preguntó Lobo Silencioso.

Se daba cuenta de que habría peligros, pero al menos no se le pedía que combatiera directamente contra los Giaks. Podía ser diestro en su maestría con el hacha, pero era plenamente consciente de su juventud e inexperiencia.

‘Oh,’ murmuró el viejo, despreocupadamente, ‘iremos sólo tú y yo, por supuesto.’ "
Jolan

Mensaje por Jolan »

" Lobo Silencioso y Halcón de la Tormenta permanecían agachados tras una enorme roca que sobresalía de la desolada ladera. Aquí arriba, en las estribaciones de las Montañas Durncrag, pocas cosas crecían. Un herbaje amarillento, musgoso, luchaba por sobrevivir. Había unos pocos arbustos, pero la mayoría estaban doblados y retorcidos formando raras siluetas que parodiaban el que hubiera sido su crecimiento natural. La única forma de vida que habían visto anteriormente ese día había sido una liebre con tres patas y la rosada cabecilla desnuda. Brincó alejándose con rapidez tan pronto como hubo oído el sonido de sus pies hollando precavidamente a través del lodazal. No podría haber visto cómo se aproximaban, porque no tenía ojos.

La luz era de un curioso verde grisáceo. Ni siquiera el intenso tono ambarino del sol y el penetrante azul del cielo podía influir en ella.

Tras ellos, en un valle poco profundo, había un campamento de Giaks. El hedor era indescriptible. El Gourgaz a cargo de la banda se había dormido pronto, roncando sonoramente. Algunos de los Giaks estaban aprovechando igualmente la ocasión para dormir, mientras que otros iban de aquí para allá, aparentemente aburridos e intentando idear quehaceres entre unos y otros. Lobo Silencioso sólo podía captar unos pocos fragmentos de lo que estaban diciéndose entre ellos, y ninguna de las palabras tenía sentido alguno para él. Halcón de la Tormenta, al lado suyo, estaba escuchando atentamente; y sus labios se movían sin emitir sonidos mientras traducía las palabras que lograba oír. Todos los Giaks iban vestidos con uniformes rojos, con el símbolo de unas largas y dentadas fauces bordado en el pecho. El rojo desentonaba violentamente con el tono grisáceo de sus pieles – como una vivaz amapola que creciera en una llanura de fango.
‘¿Qué pasa?’ susurró Lobo Silencioso.
‘¡Shsst!’
El chico volvió a quedarse en silencio una vez más. Por milésima vez acarició el mango de su hacha afianzada en su cinturón, y se preguntaba qué pasaría si tuviera que usarla. ¿Sería un valeroso y audaz guerrero, o se encontraría a si mismo incapaz de matar a otro ser inteligente, no importaba lo malvada que esa criatura pudiera ser? No lo sabía, y buena parte de él esperaba que nunca tuviera que saberlo.

Tras un rato, Lobo Silencioso empezó a aburrirse de vigilar a los Giaks. Volvió su espalda a la roca y miró más allá del nacimiento de las montañas sobre la gran llanura de Sommerlund. En comparación con la mortecina luz predominante sobre las Durncrag, la que provenía de Sommerlund era intensamente ocre. Podía ver los cuidados campos de los granjeros que se extendían a través de las tierras como un escrupuloso paño de cuadros multicolor. Se encontraba demasiado lejos como para ver figuras individuales, pero podía imaginar a los granjeros instando a sus caballos a arar la tierra o recoger la cosecha; casi podía presentir a las torpes vacas caminando con un andar pesado mientras pastaban en los campos, podía…
Se durmió.

Cuando despertó, estaba anocheciendo. Halcón de la Tormenta le sacudía por el hombro, sosteniendo una mano sobre su boca por si hacía algún sonido.
‘Es hora de irse’, siseó su tutor del Kai.
Teniendo cuidado de hacer el menor ruido posible, ambos se alejaron poco a poco de la protección de la roca, arrastrándose hacia atrás sobre sus estómagos. El sol casi se había puesto cuando finalmente alcanzaron la cobertura de algunos árboles dispersos y pudieron ponerse en pie para estirar sus entumecidos músculos. Un murciélago aleteó cruzando su línea de visión mientras contemplaban las llanuras de Sommerlund.
‘Debemos cubrir cierta distancia esta noche, chico’, dijo Halcón de la Tormenta. ‘Me gustaría poner unas cuantas buenas millas de por medio entre nosotros y los Giaks antes de dormir’.
Lobo Silencioso preferiría haberse arriesgado a permanecer sin ser descubiertos en el soto, pero reconocía la sensatez del plan de Halcón de la Tormenta.
‘¿De qué estaban hablando los Giaks?’ preguntó en tono apagado mientras se deslizaban pendiente abajo.
‘Mejor que no… Aunque pensándolo bien, si algo me ocurriera… Espera tan sólo un rato’.
Por más de una hora treparon y descendieron por la ladera en una oscuridad cada vez más densa. Lobo Silencioso se sorprendió de escuchar a Halcón de la Tormenta usar juramentos poco usuales que siempre había asumido que estaban limitados a los novicios del Kai. Él mismo se desahogó con uno de estos improperios cuando, en la negrura, cayó en una zanja, y se asombró de no recibir el esperado pescozón tras las orejas.
Una vez que estuvieron de nuevo a nivel del suelo, avanzaron más rápido. Sobre ellos, el cielo nocturno resplandecía con estrellas de puro diamante. La luna estaba bajo la línea del horizonte; sólo una palidez apenas visible al oeste traicionaba su presencia. Mientras se adentraban en un camino de tierra, podían oír ocasionalmente a los animales nocturnos revolviéndose activamente en los campos que quedaban a ambos lados. Lobo Silencioso andaba resueltamente a paso rápido al lado de su preceptor, sintiéndose bastante importante por el hecho de que Halcón de la Tormenta le estuviera tratando como a un igual, más que a un pupilo.
‘Los Giaks’, dijo Halcón de la Tormenta abruptamente. ‘Querías saber qué les oí decir’,
‘Sí’, respondió Lobo Silencioso. Acababa de pisar algún animal reptante que había chirriado y se había apartado culebreando, de modo que su mente no estaba realmente en la respuesta.
‘Hmmm. Por lo que sabemos, los Señores de la Oscuridad se han puesto en marcha una vez más. Esta vez se trata de Zagarna. De lo que no éramos conscientes es del tamaño del ejército que está acumulando. Ya ha reunido a medio millón o más de Giaks, Vordaks, Helghasts y Lobos Malignos. Hablaban de que tenía, también, más de cien mil Bestias Zlan y Kraan a su disposición. Por no mencionar varios miles de Drakkarim’.
Halcón de la Tormenta tosió, y no habló durante unos momentos. Luego dijo: ‘Un feo asunto, este. Sommerlund no está preparada para una invasión a esta escala. El Kai está preparado, pero el Kai por sí mismo no es suficiente. Los Giaks que hemos estado vigilando son sólo una guardia avanzada y, por lo que tengo entendido según lo que estaban diciendo, podemos esperar una invasión a plena escala este verano o el próximo. Levantar un ejército en tan poco tiempo para rechazar a los Señores de la Oscuridad no va a ser fácil’. Se desvió bruscamente para evitar una roca en el camino. ‘El problema es que la gente de Sommerlund se ha vuelto indiferente en los últimos años, asumiendo que la paz durará eternamente. Pues bien, chico, la paz podría terminar en sólo unos pocos meses, pero resultará difícil convencerles de ello’.
‘Pero seguramente cuando les digamos…’
‘A la gente no le gusta que le digan lo que no quieren escuchar. A menos que nosotros, el Kai, nos movamos con presteza, muchísimos granjeros y artesanos van a regodearse en su complacencia y nos dirán que somos unos alarmistas. Desearía que la gente fuera distinta, muchacho, pero ese es el modo en que los dioses les concibieron’.

La oscuridad era ahora tan profunda que les era casi imposible distinguir el camino que tenían delante: de no haber sido por las habilidades de rastreo de Halcón de la Tormenta habrían estado irremediablemente perdidos. Cuando el viento les transmitió que estaban cerca de una arboleda, Halcón de la Tormenta puso su mano sobre el hombro de Lobo Silencioso y mandó hacer un alto. ‘Es suficiente por esta noche’, dijo ‘Dormiremos aquí y continuaremos por la mañana’.

Lobo Silencioso no podía estar más de acuerdo. "
Innominable

Mensaje por Innominable »

Muy buena traducción, Jolan. ¡Y extensa!

Hay que reconocer que el estilo de Grant es demasiado lento -y más, para un lector adolescente-. Tal vez por eso no tuvieron tanto éxito las Legends como se esperaba. De cualqueir forma, en fragmentos como este, cumple bastante bien su función de narrador.
Fantasma Grunweazel

Mensaje por Fantasma Grunweazel »

Nada, nada, la próxima interview no va a ser de Annie Bermejo, debemos entrevistar a Jolan, proclamo. :smt003
Jolan

Mensaje por Jolan »

Innominable escribió:Hay que reconocer que el estilo de Grant es demasiado lento -y más, para un lector adolescente-. Tal vez por eso no tuvieron tanto éxito las Legends como se esperaba.
Yo creo que a veces es un poco enrevesado, especialmente en las descripciones, y por eso se hace un tanto espeso.
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